sábado, 12 de septiembre de 2009

¿Que es la zona sur? (Yesid Mariaca)

Si bien ignoro las razones por las que un cineasta boliviano hace apología de un territorio en el que "se nace”. Adivinen cual?... la zona sur!, si los de allí... esos que se fundían en un sólo receptáculo astral y brotaban (literalmente, sí) al universo social paceño como plagados de luces, astros sonrientes, padres omnicomprensivos y siempre felices, llenos de “sándwiches de chola” y ropas limpísimas, con cabellos flotantes...
son dueños de una curiosa semblanza del mundo basada en... adivinen? sus padres!...sí si, aquellos que sacrificada y discretamente -y además en grupo- juraron lealtad a generales hoscos, que los necesitaban para comenzar a escalar la cuesta del reino animal, crear sus propias luces en el universo animal de tribu recién conquistada y echar monedas que los jadeantes padres tomaban en nombre de... adivinen, sus hijos!!, los de la zona sur, a quienes enseñaron con los hechos las rusticidades de la domesticación y otras artes menores que oprimen la conciencia, pero engrosan los bolsillos, y después se quejan de que el sistema cayó y que la “comadrita Remedios” hoy llega con una maleta y su aguayo por supuesto y compra sus bienes en efectivo y sin chistar, comprándose el mismo lugar del que antes la miraban los chicos... “los chicos bien", porsupuestísimo.
Retorno. Ignoro, cómo alguien que mira más allá porque ha entrenado su corazón y sus ojos, puede disculpar esa terrible debilidad: de creer que existe un territorio en el que una tribu de falaces blancoides autopredestinados a roles de gerencia social, cree dominar, y quejarse de la pérdida temporal de la gerencia.
Quejarse débilmente, casi como una enseñanza de la que quieren ver cómo la última hija de la crisis del sub-prime americano, porque así, sus vecinos y vecinas, se creen que el papá abyecto tenía depósitos en el extranjero, ya absueltos del montaraz jinete de mujeres casadas y por casarse. Y en realidad, no. Los gastó, gastó toditos los ahorros en proveerles a los hijitos, como dice el director, una educación que los pusiera a salvo de jinetes, de milicos y asociados, que los exprimirían como a él, sin misericordia, mientras entonaban las sagradas notas del himno tutelar: tanto tienes, tanto mostrarás. Tanto perdiste, tanto aparentarás. No es ése el concepto del consejo de Carola?
Cuando el origen está chueco, lo único que puede verse es algo chueco en general.
El “banzerato” y sus varios asociados desde los 70´ conformaron a su medida y gusto la Zona Sur, Equipetrol , La recoleta y otros varios? Y que el único precio que pidieron es discreción, porque los embarazos son varios y suertudos.
Saltando de nuestros bolsillos, de nuestros amores, brotando a borbotones de las lenguas de los desconocidos, escondiéndose de las tapas de los diarios hay una historia en “Zona Sur” y es que el mundo, todos los días nos regala ideas y están ahí, solitas ellas, esperando que alguien las rescate de su vacía condición y las llene de maravillas. Las cante, las vuelva 24 cuadros por segundo, las encienda, las coma, las inunde de pinceladas, las cuente. Mientras pienso qué palabras son las que siguen, releo. Y descubro que typié una obviedad. La más grande del mundo. Es que desde que existe, este planeta Tierra es poción mágica de tinta o página en blanco que ilumina.
Lo que rescataremos de “Zona Sur”, la película, es que no cerremos lo ojos y hagamos de nuestra existencia, y para nosotros, nuestra mejor o peor película, suena cursi pero no me importa, por que si quiero, en éste guión, de repente tengo súper poderes, y si quiero, detrás de mis párpados, viajo en el camión de don Vito y el Brillo, entro a la chichería de Claudina canto, como y tomo, crean o no Los Andes en Dios , más tarde ayudo a vestirse de moreno a Don Gregorio para que baile en su última morenada en Oruro. Y lo demás no me animo a contarlo. Y es que siempre que veo una película, pienso que dentro de ella hay una canción.
Esta no es una discusión abstracta. Frivolidad es el nombre amistoso de la decadencia. No se si JC Valdivia quiso evidenciarla.
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El autor es Comunicador Social
Fuente: Los Tiempos