sábado, 31 de octubre de 2009

El tren bala (Francesco Zaratti)

¿Será el ahorro de tiempo en los viajes (ahorro ni siquiera demostrado en nuestro caso) la prioridad actual de los bolivianos?. La más chistosa ocurrencia (no la única) que he leído en el programa de gobierno 2010-2015 del MAS es el proyecto del ?tren bala? en el altiplano, que inclusive ofusca al controvertido proyecto del satélite.

Empezaré por repasar la información, escasa, imperfecta y confusa que, como de costumbre, se proporciona ?al pueblo?; esta vez por parte del Viceministro de Transporte. Se trataría de un tren entre La Paz y Oruro, que costaría como dos satélites, gracias a un financiamiento del país productor (China, ¿cuándo no?), viajaría a una ?velocidad promedio entre 150 y 200 km/h? y recorrería los 230 km que separan las dos urbes entre 45 y 75 minutos, dependiendo de la fuente periodística. El proyecto y la noticia merecen unas cuantas observaciones.

Primero “menudo detalle” el tren no debería salir de La Paz sino de El Alto, caso contrario perdería 45? sólo en salvar los 500 metros de altura entre las dos ciudades. Sin embargo, los que no podrán evitar perder esos 45? serán los pasajeros de La Paz que deberán desplazarse a El Alto, ?movimientos sociales? permitiendo.

Segundo, cuando se habla de velocidades promedio, una incertidumbre de 50 km/h es excesiva. Me inclino por los 200 km/h: sólo en ese caso sería posible, en teoría, llegar a Oruro en algo más de una hora, pero nunca en 45?. Aparentemente, le falló la física básica al viceministro, quien, además podía haber explicado si la menor potencia de los motores, por la altura, será compensada por la menor resistencia del aire.

Tercero, debemos convenir que de ?bala? el nuevo tren no tiene nada. Las balas viajan a velocidades supersónicas (más de 1.000 km por hora) y los trenes de alta velocidad a más de 250 km/h. Considerando el tiempo que se pierde para entrar o salir de las ciudades (las estaciones de trenes suelen estar en el centro, a diferencia de los aeropuertos), nuestro tren bala debería alcanzar velocidades superiores a los 300 km/h.

Ahora bien, ¿por qué me parece un disparate mayúsculo ese proyecto? Porque ese tren debe desplazarse sobre una superficie lo más plana posible (y el altiplano es más alto que plano), no debe tener pasos de nivel (o sea la línea férrea debe estar totalmente aislada con vallas, túneles y viaductos por motivos obvios) y tiene consumos de electricidad, costos de operación y gastos de mantenimiento elevadísimos (los boletos en Europa cuestan más de Bs 100 por 100 km). Entre El Alto y Oruro tenemos una carretera que “proyecto sumamente loable” está a punto de ser ampliada a cuatro carriles, buses que salen cada media hora a un costo de Bs 10 por 100 km y paran innumerables veces para mayor servicio a los pasajeros de las ciudades intermedias.

Me pregunto si el proyecto es una ocurrencia aislada de algún funcionario despistado u otro despiste funcional al olvido de la cantada reversión al Estado de los ferrocarriles, una medida reiterada y justificadamente (creo yo) postergada.

En fin, dejando de lado los aspectos políticos, hay una duda más en torno al proyecto: ¿será el ahorro de tiempo en los viajes (ahorro ni siquiera demostrado en nuestro caso) la prioridad actual de los bolivianos (especialmente de los más pobres y necesitados)?

Fuente: La Razón

jueves, 29 de octubre de 2009

Funcionales (Juan José Toro Montoya)

Mientras más tiempo el gobierno evite que Leopoldo hable, más subirán los puntos políticos del candidato vicepresidencial encarcelado y, consiguientemente, del partido político que lo postula. ¿Quién es más funcional en este caso, señor Presidente?

Una de las tantas polémicas de las campañas electorales es la funcionalidad de ciertos sectores de la sociedad respecto a los partidos políticos que aspiran a detentar el poder.

En política se habla de funcionalidad, o cualidad de funcional, cuando se refiere a algo o alguien eficazmente adecuado a determinados fines. Así, una persona es funcional cuando actúa como el partido quiere y le facilita el logro de sus fines.

Como Bolivia está inmersa en días preelectorales, los debates sobre la funcionalidad son varios en función a quiénes son funcionales a qué partidos.

Y como la funcionalidad depende de comportamientos, uno puede ser funcional incluso sin querer.

La prensa, por ejemplo, puede ser funcional involuntariamente porque es incapaz de controlar el efecto de sus mensajes. El periodismo, ya sea traducido en papeles, sonidos, imágenes u otro tipo de señales, es, en teoría, un puente para la comunicación.

El emisor (periodista) lanza un mensaje a través de un medio (periódicos, radioemisoras, teledifusoras, agencias de noticias, etc.) con el fin de que llegue a un destinatario que es el público. Una vez emitido el mensaje, es difícil saber el efecto que tendrá porque su destinatario es múltiple y heterogéneo. Si de bandos políticos hablamos, lo que es útil al gobierno resulta perjudicial a la oposición y viceversa. Esa es una de las tantas razones por las que generalmente nadie está conforme con el trabajo de la prensa.

Ahora bien, el periodismo se maneja bajo ciertos cánones o parámetros que resultan ineludibles desde el punto de vista técnico.

¿Qué determina la preeminencia de una noticia sobre otra? ¿Cómo se eligen las noticias para ponerlas en la primera página de un periódico y cómo se distribuyen estas en esa plana? ¿Por qué unas noticias van antes que otra en los noticieros radiales y/o televisivos?

Aunque los políticos no lo crean, la preeminencia no la define la preferencia política del dueño del medio, del director o del jefe de redacción. La teoría proporciona parámetros como, por ejemplo, los factores de interés que son los que determinan el orden de presentación de las noticias. Así, se toma en cuenta factores como la rareza del hecho, proximidad, violencia, etc. La preeminencia de unos factores sobre otros, forma parte de la política editorial del medio.

En función a los factores de interés, la mayoría de los medios cruceños le dedicaron grandes espacios al transfugio de ciertos miembros de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) que ahora forman parte del MAS. ¿Y por qué no? Si la UJC actuó bajo los esquemas del fascismo y neonazismo, ¿cómo es que ahora aparece metido en un partido supuestamente socialista?

Sin embargo, al abundar sobre el tema, los medios cruceños le estaban haciendo publicidad gratuita al MAS. ¿También le eran funcionales?

Lo mismo pasa con el culebrón de Leopoldo Fernández, el “pobrecito” candidato a la vicepresidencia por el Plan Progreso para Bolivia – Convergencia Nacional (PPB-CN) que está preso en la cárcel de San Pedro sin poder expresarse porque el Gobierno se lo impide.

Aquí tenemos un claro ejemplo de funcionalidad pues, al ocuparse del tema prácticamente cada día, los medios le están haciendo el jueguito al PPB-CN (que es la apuesta fuerte de la derecha en estas elecciones) porque no sólo le obsequian abundante publicidad sino victimizan a Fernández y le ayudan a subir su posible caudal de votos.

Empero… ¿cómo podemos acusar a los periodistas de funcionales cuando el mismísimo gobierno ha caído en el jueguito de su adversario de derecha?

Al evitar que hable Leopoldo, el MAS está echando sal a una herida que los estrategas del PPB-CN supieron abrir hábilmente: el atropello a la libertad de expresión.

Mientras más tiempo el gobierno evite que Leopoldo hable, más subirán los puntos políticos del candidato vicepresidencial encarcelado y, consiguientemente, del partido político que lo postula. ¿Quién es más funcional en este caso, señor Presidente?

Fuente: Los Tiempos

miércoles, 28 de octubre de 2009

¿De guerreros a plañideros sin gas? (Iván Arias Durán)

Fuera las transnacionales! Ni una molécula de gas a Chile! Nacionalización!” .Consignas que el año 2003 se apoderaron de la ciudad de El Alto para poner fin a una política hidrocarburìfera “neoliberal, vende patria, enajenadora y entreguista de los recursos naturales en favor de las transnacionales y los chilenos”.

El país fue ganado a ese discurso y la “agenda de octubre” fue el norte que llevó a que el MAS gane las elecciones de diciembre de 2005 de forma contundente. Evo Morales cual reencarnación del Quijote que se enfrenta a los gigantes, procedió a espantar a las transnacionales y a nacionalizar toda la cadena petrolera. Bajo el grito de ¡Dignidad!, los revolucionarios criogenizados resurgieron y a la cabeza del presidente Evo, con militares incluido, tomaron los campos gasíferos y refinerías.

El jolgorio nacional llegó a dilatación 10 y tuvo, en los alteños, como los parteros del proceso revolucionario concretado en el renacimiento de YPFB y decenas de empresas estatales. Casi nadie se atrevió a oponerse a semejante “medida patriótica”, Bolivia estaba enseñando al mundo que se puede poner de rodillas al imperio (expresada en Petrobras) y que comenzábamos el socialismo del siglo XXI. David, expresado en el resurgimiento indígena, había derrotado al Goliat neoliberal.

Han pasado apenas tres años de aquello y los datos de la realidad objetiva muestran hacia dónde nos ha conducido semejante dosis de nacionalismo y dignidad orgásmica. Si antes de la vorágine revolucionaria, los países vecinos nos consideraban el centro energético de Sudamérica, hoy somos marginales: decenas de bases para recibir barcos metaneros se han instalado en las costas de Brasil, Chile, Argentina y Perú.

Chile que era dependiente del gas boliviano vía Argentina, esta semana acaba de instalar en Quintero, lugar donde los bolivianos planteamos hacerlo hace ocho años atrás, una enorme planta de gas natural que se abastece con materia prima del Caribe para satisfacer su mercado interno y que, fíjense la ironía, ahora está por convertir a Chile en exportador de gas a la Argentina.

Así Chile hoy nos saca la lengua y (pre)ocupada por las revoltosas medidas bolivianas optaron por distraer, tierna y maternalmente a nuestro Presidente con una agenda de 11 puntos y mientras capitales mixtos aportaban más de mil millones para su independencia energética.

Por su parte, Brasil nos seguirá comprando gas, en realidad es hoy el único comprador serio, pero ya no con la misma desesperación de antes, porque haciendo de tripas corazón optaron por bailar la zamba de la indiferencia y cual padre comprensivo hacia el hijo díscolo, Lula le demostró que es mejor trabajar en vez de hablar y hoy los cariocas, gracias a millonarias inversiones, han descubierto enormes reservas de gas que les garantizan su independencia energética y los convertirán en exportadores.

Perú, que antes de nuestra ola revolucionaria sólo tenía 8 TCF, hoy está por encima de los 18 e instalando una planta de LNG en el Pacifico. En resumen, el otrora indispensable gas boliviano hoy es secundario y de actores estelares en el exclusivo show de los energéticos, hemos pasado a ser actores extras de quinta. Nuestra opción de ser dobles de Chávez nos ha conducido a que nos convirtamos en importadores de gasolina y GLP.

En este contexto, los guerreros del gas (los alteños) que ahora reclaman por la disminución de los ingresos de IDH y coparticipación en las cuentas municipales y, por lo tanto, en la afectación en obras de inversión social, tienen que asumir las consecuencias de su equivocada guerra y saber que en ella está la base de su fracaso, de nuestro fracaso. Porque, una vez más, mientras Bolivia danza, el mundo avanza. Estamos empezando a pagar el costo de las victorias pírricas y de la irresponsabilidad discursiva. La guerra del gas nos está dejando sin ingresos ni gas. Si los municipios, prefecturas y universidades no están recibiendo más recursos, no es sólo porque el Gobierno se esté quedando con los dólares en sus cajas, sino que, fundamentalmente, nuestras ventas de gas están bajando y los precios del mismo se están depreciando. ¡Qué fácil es ser dirigente de plaza y rifarse el futuro de la patria por fijaciones ideológicas! Y ahora, ¿a quién le echamos la culpa?

Fuente: La Razón

Tiempo de campaña electoral (Alcides Parejas Moreno)

Siempre he tenido una especial atracción por el mundo del circo. Cuando era niño quedé fascinado cuando vi. la película “El espectáculo más grande del mundo”, en el que se presentaba un circo con tres pistas! ¡No podía creer que existiera tal cosa! A partir de ese momento uno de mis sueños era ver un circo en el que simultáneamente pudiera asistir a tres funciones diferentes! Cuando empezó el período electoral volví a pensar en mi sueño circense y una vez más se me hizo realidad.

Los períodos electorales son realmente especiales, pero fundamentalmente estresantes; son mágicos porque son espacios en los que se desnudan todas las miserias y maldades del ser humano. De pronto pareciera que el país se convierte en una enorme carpa de circo, pero no de tres sino de cinco, diez pistas en las que se va sucediendo la tragicomedia electoral. Los espectadores, que somos todos los ciudadanos y ciudadanas que estamos obligados a ser tales, lo primero que sentimos es que el tiempo se acelera considerablemente. A este aceleramiento contribuyen los medios de comunicación social (periódicos, radios, televisión), pues permanentemente nos están recordando, dramáticamente, la cantidad de días que faltan para llegar al domingo 6 de diciembre.

Me propongo en esta columna, y hasta que llegue el día señalado, hacer algunos comentarios de lo que ha ido ocurriendo en las diferentes pistas de nuestro enorme circo. Algo que es una constante en todas las pistas es la campaña mediática; es una constante, pero totalmente desigual. Sólo una de las pistas recibe toda la luz de los reflectores; las otras pistas quedan en penumbras o simplemente se vuelven invisibles. La campaña mediática del MAS opaca a todas las demás y no sólo por la cantidad de veces que los spots son pasados por todos los canales de televisión o los jingles en las radios, sino por su calidad tanto técnica como de concepción. Además, se trata de una campaña absolutamente desigual, pues por primera vez en la historia de nuestro país un presidente en ejercicio es al mismo tiempo candidato. Lo malo de esta cuestión no es el hecho en sí mismo, sino el no respetar las reglas del juego y convertir la campaña en un acto perverso en el que los espectadores nunca sabemos cuándo se presenta el presidente y cuándo el candidato. Para echarle más leña al fuego, resulta que las campañas mediáticas de los otros candidatos son tan pobres de contenido y con tan poca llegada que es como si fueran invisibles.

Durante esta semana creo que lo más destacable ha sido el asunto del narcotráfico. Creo que es un tema fundamental como para que se lo convierta en un simple hecho de propaganda electoral. Los datos que se han manejado estos días sobre el aumento de hectáreas dedicadas al cultivo de coca, la cantidad de droga incautada y el escalofriante aumento del consumo en el país lleva necesariamente a pensar que estamos convirtiéndonos en un Estado narco. Me pregunto: si es un tema tan importante, cómo es que los partidos opositores no dirigen una buena parte de su artillería mediática contra este flagelo? Los espectadores estamos cansados de las explicaciones oficiales de que el Estado es eficiente porque incautan cientos de toneladas de droga, y nos preguntamos, ¿por qué no usa esa eficiencia en reducir la coca excedentaria en vez de fomentarla? No es verdad como tan suelto de cuerpo afirma del señor García Linera que en tiempos de Bánzer había mayor cantidad de coca.

Mientras que el tema droga pareciera que no le molesta mucho al gobierno del MAS, pareciera que el caso Rosza lo está enredando cada vez más y eso lo está poniendo nervioso. El hecho deque dos países europeos se hubieran metido en el baile complica enormemente el panorama, pues puede tener consecuencias insospechadas. Además, frecuentemente aparecen nuevas evidencias que echan por tierra todo el montaje que hizo el gobierno en torno al tema. Las declaraciones del fiscal Sosa son cada vez más confusas y contradictorias; no me extrañaría que en poco tiempo se convirtiera en un elemento no deseado y desaparezca de la pista escénica.

Ya esta semana fue la hora de los payasos en la pista central. Los payasos llegaron haciendo tal barullo que todos los medios de comunicación –de manera especial la televisión—les han dado una cobertura inusitada. (he preguntado a algunos medios el porqué de esta actitud, pero las respuestas son tan confusas y contradictorias como las del fiscal Sosa). Los payasos que hasta hace poco tenían en su libreto hacer escarnio de Evo Morales y su gobierno (con cancioncita incluida), ahora –después de una súbita y dramática conversión como la de los grandes santos de la historia—se han pasado a los “dueños del cambio”.

Y así estamos, a cada vez menos días del 6 de diciembre!