jueves, 5 de noviembre de 2009

Ñaupari y el triunfo de la libertad (Luis Christian Rivas Salazar)

Nos preparamos para festejar los veinte años de la caída del Muro de Berlín, llamado también el “Muro de la Vergüenza” (vergüenza colectivista claro está), con la consecuencia del derrumbe definitivo del socialismo real. Han trascurrido dos décadas desde aquel 9 de noviembre de 1989, cuando millones de alemanes abrazaron la libertad para convertirse en una sociedad que avanza por el camino de la prosperidad.

Alrededor del mundo se realizan diversas actividades conmemorativas sobre aquel suceso. En Cochabamba, el Instituto Libertad, Democracia y Empresa (Ilde) con el apoyo de la Asociación Boliviana de Ciencia Política (Abcp), la Red Liberal de America Latina (Relial) y Notoria vienen organizando el evento conmemorativo: “Por el triunfo de la Libertad”.

Dentro de estas actividades organizadas por el Ilde, se encuentra la presentación del libro: “Políticas liberales exitosas II” en el auditorio de la Cámara de Despachantes de Aduanas, el sábado 7 de noviembre a hrs. 11:00 a.m. a cargo de su autor, Héctor Ñaupari, quien es invitado para presentar un libro que debiera ser leído por muchos detractores del liberalismo. El debate está abierto, el ingreso es libre.

El peruano Héctor Ñaupari es un abogado, ensayista y poeta, graduado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú. Es Vicepresidente de la Relial. Docente y conferencista visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Ha escrito los libros: “En los sótanos del crepúsculo” (1999), “Poemas sin límites de velocidad” (2002) y “Páginas libertarias” (2004) entre otras obras. Ha escrito diversos artículos y ensayos en revistas nacionales e internacionales. Obtuvo el Premio Internacional de Ensayo Charles S. Stillman en Guatemala.

Además de haber escrito: “Libertad para todos” y ser coautor de “Políticas liberales exitosas. Soluciones pensando en la gente”, es considerado como uno de los mayores difusores de las ideas liberales en los Andes. El escritor cubano Carlos Alberto Montaner, refiriéndose a Ñaupari en el prólogo de “Libertad para todos” nos dice: “Y es aquí, donde entra Héctor Ñaupari, uno de los más brillantes pensadores de la joven generación de latinoamericanos que está dando la batalla por la libertad. Ñaupari –además de excelente poeta--, tiene una magnífica cabeza liberal a fuerza de tener una magnífica cabeza jurídica. Cuando nos enfrascamos en arduas batallas sobre asuntos económicos nos olvidamos que el pensamiento liberal es, sobre todo, una visión jurídica de las personas, de los derechos que las asisten y de las relaciones que mantienen con el resto de los individuos en ese terreno común al que llamamos Estado.”

En el libro “Políticas liberales exitosas. Soluciones pensando en la gente” (que puede ser encontrado en versión digital) editado por Gustavo Lazzari y Martín Simonetta, se tiene casos concretos sobre el éxito del liberalismo, casos reales para avanzar hacia economías más libres y abiertas, economías que respondan verdaderamente a las necesidades de los individuos, especialmente de los más pobres.

En el libro antes mencionado tenemos un conjunto de ensayos, entre ellos: “Dolarización y apertura financiera ¿Cien años de consecuencias no deliberadas?” por Roberto Brenes Pérez, “Chile y México: ¿Latinos a bordo de la economía global?” por Martín Simonetta, “El mito del “gasto social” en México: Transformación presupuestal sin adjetivos” por Roberto Salinas León, “América Latina a la cabeza en reformas previsionales” por Gustavo Lazzari, “Reformas y prosperidad en Asia y Gran Bretaña” por Rigoberto Stewart, “El caso de Irlanda: “El milagro del Tigre Celta” por Adrián Osvaldo Ravier, “Socialización del subsuelo: Una solución para América Latina” por Guillermo M. Yeatts, “La reforma portuaria en Uruguay” por Oscar Silveira Guzzo, “Una perspectiva económica liberal de largo plazo: Argentina entre 1853 y 2000” por Carlos Goedder, “Fiat Lux: La privatización de las empresas de energía eléctrica en el Perú” por Héctor Ñaupari Belupú.

Con estos antecedentes, la presentación del libro: “Políticas liberales exitosas II” a cargo de Ñaupari, nos promete más argumentos para defender la causa de la libertad en Bolivia, país donde la iniciativa privada, el mercado, el respeto por el Derecho no tienen buena reputación y no atrae a los sectores populares, quienes son hipnotizados por medidas políticas de corte colectivista, que se denominan Socialismo Siglo XXI.

Para Ñaupari, la “batalla por la libertad” debe extenderse al terreno de la cultura, lo que significa que no solo debe tomarse en cuenta el aspecto económico del liberalismo, sino que debe tomarse al liberalismo como una forma de vida, tener genuinamente la causa de la libertad en el corazón.

En esta forma de vida, dice Ñaupari, el individuo es prioridad y la búsqueda de la felicidad individual el objetivo último. Estas palabras, así vertidas, pueden parecer una forma de egoísmo exacerbado, pero lo cierto es que cada persona es única e irrepetible, esto debe ser difundido y defendido en sociedades comunitaristas como la nuestra, donde se suelen violar elementales derechos de la persona por causa del “bien común”.

Esta presentación rinde justo homenaje a la libertad y su triunfo en Alemania; por esto surge la pregunta: ¿Por qué es que de un lado de una línea arbitraria estaba Alemania Oriental y del otro Alemania Occidental, con niveles de prosperidad tan distintos? Porque Alemania Occidental tenía un sistema de mercados privados bastante libres, aspecto que también explica la diferencia entre Corea del Sur y Corea del Norte. Así, millones de personas terminan decepcionándose de una utopía llamada Socialismo, en Bolivia esta noticia no ha sido lo suficientemente divulgada.







ECONOMÍA DE PAPEL



Libre mercado y planificación



ALBERTO BONADONA COSSÍO





A pesar de las profundas crisis en las que el capitalismo se ha visto envuelto a lo largo del siglo XX y XXI, éste no deja desarrollarse a la historia presente sin su pesada presencia.







lo obvio es que el capitalismo de hoy no es el mismo que el del siglo XIX, sin embargo no siempre lo obvio es lo que más se distingue al observar la realidad. Así, al hablar del mercado, por ejemplo, muchos economistas sólo ven la libre competencia y sus virtudes. Olvidan que ésta fue la principal característica en los albores del capitalismo y aunque, efectivamente, facilitó la formación de la burguesía de los países industrializados durante la revolución industrial, que ocurrió aproximadamente entre 1730 y 1870, no es hoy su rasgo más destacado.

La evolución del capitalismo derivó en la formación de poderosos monopolios que niegan y destruyen la libre competencia. Si bien esta última no ha abandonado el escenario de las economías industrializadas, ahora sólo convive en la trastienda de sociedades dominadas por poderosos monopolios. En las no industrializadas se cree que la libre competencia puede ser fortalecida y por eso promueven las microempresas y todos los micros. En esta lógica no se llega a visualizar cómo los grandes monopolios planifican la producción por quinquenios o decenios a la vez que delimitan el consumo de la población mundial. Lo que significa que condicionan, no controlan, la vida de los individuos y de las pequeñas empresas.

El capitalismo de hoy es el capitalismo del monopolio. Parafraseando a Jean Tirole, se puede afirmar que toda empresa es una ventana al monopolio. Así, el pequeño o gran negocio busca la oportunidad de ser único en algo que vende, en la forma que lo hace o desde el lugar en el que se establece. Se puede concluir que de la competencia emergió el monopolio y hoy éste ha superado las fuerzas del mercado mediante la planificación.

El gran temor que se expresa respecto de las sociedades controladas por un Estado ubicuo es que éste tanto planifica la producción como controla la vida íntima de los individuos. La forma en que estos Estados se desenvolvieron en el siglo XX va dejando únicamente una estela. Los Estados de sociedades tan dispares como la china y la cubana se encaminan a retirar su presencia de todas las esferas que invadieron, no por un triunfo del capitalismo, sino más bien porque sus medios materiales estuvieron simplemente limitados para superar al capitalismo.

A pesar de las profundas crisis en las que el capitalismo se ha visto envuelto a lo largo del siglo XX y XXI, éste no deja desarrollarse a la historia presente sin su pesada presencia. Una presencia que se evidencia en el desarrollo tecnológico, creador de grandes potencialidades para satisfacer las más apremiantes necesidades del ser humano, así como para resolver sus grandes aspiraciones. Es, no obstante, una fuerza destructora por su gran capacidad bélica, que ciertamente la ejerce, al mismo tiempo da al traste con las condiciones más básicas de vida en el planeta, niega el desarrollo de las capacidades humanas cegadas por el hambre y enfermedades que pueden ser factiblemente superadas. Las potencialidades que existen en estos campos nunca estuvieron más al alcance de la humanidad que hoy, a la vez que nunca estuvieron tan lejanas.

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El autor es economista

a.bonadona@yahoo.es

Morales: ¿con la gran Merkel o Ahmadinejad? (Carlos Aliaga Uria)

En gran contraste al lelo de Lula, la Presidente de Alemania, Angela Merkel, tuvo la apreciable honestidad, no solo de admitir la atrocidades que cometió Alemania durante la era Nazi –el Holocausto siendo la peor–, sino también firmemente sostuvo que Irán –con su Presidente que niega el Holocausto y un Ministro de Defensa que al asumir su cargo lo primero que declaró es “muerte a Israel…”–, no puede continuar con su empeño nuclear. Así, mientras Venezuela y Bolivia en los últimos años han estrechado sus relaciones con el fundamentalista Ahmadinejad, Merkel, en gran contraste, le exige que deponga sus afanes nucleares.

¿Será que el Presidente Morales rectificará su postura y apoyará la ejemplarmente correcta posición de Merkel, o seguirá peligrosamente extraviado, siendo el segundo porrista en Latinoamérica del retrógrada Ahmadinejad (Chávez siendo el primero)? Morales debe pronunciarse de inmediato sobre esto, porque si bien no hay duda alguna de que será reelegido el próximo 6 de diciembre, existe la peligrosa duda de que él mantenga su política de apoyo al totalitario Ahmadinejad, lo cual conllevaría que Bolivia quede aislada geopolíticamente, porque, así como la democracia tendrá que prevalecer en Honduras (y en el resto del mundo), un fundamentalista y –nuclear– Irán es impermisible en el planeta.

Por todo lo anterior, llama la atención que la prensa boliviana, que muy preocupada está con el supuesto “calentamiento global” no se pronuncie ante el “calentamiento nuclear” de Irán, y haga a Morales la pregunta cosa que esclarezca su posición sobre el Irán nuclear. Es que si verdaderamente estamos preocupados con el destino del planeta, no podemos quedarnos solo con la campaña contra el asumido calentamiento global: es un imperativo ecológico en estos tiempos el ir un paso más allá y acercarnos a la realidad. Y la realidad en estos cruciales momentos es que el calentamiento nuclear que propone Irán, nos podría llevar a un enfriamiento, a un “nuclear winter” (invierno nuclear), muchísimo antes que al calentamiento global inducido supuestamente sólo por el abusivo uso de hidrocarburos. Ya en los 1980 mi amigo y gran colega, el matemático y científico cibernético, Academician Alexandro Tarko (nominado el 2008 como el más grande –top– científico del Dorodnitsyn Computing Center, de la Academia de Ciencias de Rusia), junto a sus colegas N. Moisseev y V. Alexandrov, modelaron lo que le pasaría al planeta si se desataba una guerra nuclear –el invierno nuclear producto de semejante catástrofe es sin duda indeseable.

Estamos en momentos tan álgidos, incluso más peligrosos que la crisis de los misiles de 1962. La ONU correctamente le exige a Ahmadinejad que frene sus intenciones nucleares. Y Ahmadinejad tiene como hasta fines de noviembre para tomar su decisión– y aunque no está escrito el hecho es que el mundo por la razón o la fuerza va a parar a un Ahmadinejad nuclear.

Por favor defínase al respecto Presidente Morales –si Ud. tiene alguna influencia con su hermano Ahmadinejad, convénzalo para que retroceda nuclearmente. Si Ud. logra lo propio, yo, como ingeniero y cibernético biosférico, me comprometo públicamente a apoyarlo, desarrollando la energía del q.v. que es la más limpia del universo, existente en infinitas cantidades, y así, en menos de 12 años, con sólo una inversión inicial de13 millones de dólares, empezaremos a proveer, aunque lloren los petroleros y los nucleares (y aquellos que convierten el maíz en gasolina, mientras mundo y medio muere de hambre), tanta energía, completamente limpia y tan barata que en menos de 20 años el transporte en el mundo (incluyendo a un Irán-no-nuclear por supuesto), será gratis (el motor “Car-Luz von Marcus” tendrá esas características). Y también me comprometería a contribuir a paliar las sequías que aquejan al Chaco usando la ingeniería de lluvias (muy diferente a solo producir “lluvia artificial”), y el manejo holístico de recursos. Créame en todo esto, porque como el Che soy loco (yo uno de amor por la libertad y la vida en este planeta), y como él correctamente lo dijo: nosotros los locos siempre decimos la verdad.

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(www.myspace.com/aliaga7).

Cultivando odios y venganzas (Erika Brockmann Quiroga)

Las voces críticas al discurso presidencial y de su entorno más radical denuncian el odio, resentimiento y venganza que destila inflamando el estado de ánimo de sus fieles seguidores. Exagerada o no, esta critica, para ser efectiva y creíble debe liberarse de fanatismos y partir del análisis más objetivo de las lógicas discursivas y realidades que motivan tan malsanos pero reales sentimientos. Este sería un ejercicio de “deconstrucción” –en jerga anticolonial– que desnuda las contradicciones de un discurso oficial que, a estas alturas de los avances democráticos, poco tiene de defensa a la vida y a la dignidad, argumento al que se recurre en foros y para retrucar a periodistas “impertinentes”.

Desde los balcones, se alude con frecuencia a experiencias de humillación, extrema violencia e injusticia colonial en contra de los pueblos indígenas de los oprimidos de la patria. La palabra “humillación” es vehementemente utilizada. No es casual, funciona y para incrementar su potencia necesita identificar desaprensivamente a los culpables.

¿Cuál es la racionalidad que sostiene esta permanente alusión a experiencias de discriminación y humillación, que el presidente dice haber vivido e intenta cambiar? El conjunto de datos arrojados por la Encuesta Nacional sobre Conflictividad realizada a principios de año, aporta a la explicación, de discursos deliberadamente orientados a despertar emociones individuales y colectivas poco constructivas.

Las respuestas a la pregunta sobre experiencias personales de maltrato y discriminación resultan reveladoras Una mayoría de los bolivianos entrevistados reconoció haber experimentado discriminación, fundada en el color de la piel, en su condición económica, su apellido, forma de hablar, región de origen y por razón de genero. Quien alguna vez se sintió humillado y discriminado sabe que estos hechos despiertan intensas emociones como vergüenza, rabia e indignación que, de no revertirse, desembocan en prejuicios, desconfianzas y mecanismos de auto defensa que erosionan procesos de cohesión social y disponibilidad al diálogo.

Sería necio negar las injusticias y problemas sociales existentes. A veces la oposición intenta soslayarlos mientras otros intentan vengarlas. Napoleón señalaba que en “Política hay que sanar los males, jamás vengarlos”. Lamentablemente, para los estrategas del gobierno las realidades injustas se instrumentalizan dada la eficacia que ha tenido en su empeño por consolidar su proyecto de poder cada vez más distante de un proyecto de país y practicas éticamente justificables. El uso sistemático de esta lógica, en lugar de resolver las injusticias, de sanar las heridas, alienta la espiral de conflicto y de la violencia. Cerrarlas no les quita el sueño.

En este punto, la idea del cambio pregonado se desvanece. Se subestima la democracia como espacio generoso de gestión de conflictos, optando por inflamar pasiones que hoy se contabilizan en perdidas de vida, violencia social, interétnica y política que las autoridades nacionales miran de palco.

Lo cierto es que no se cambia reproduciendo males e injusticias que humillan y lastiman la dignidad de las personas cuando el poderoso denigra al adversario real o imaginario. Sin medir consecuencias, el gobierno se aviene a la descolonización pregonada por F. Fanon, para quien la violencia es inevitable ya que “el colonizado es un perseguido que sueña con transformarse en perseguidor”. Peligrosa e irresponsablemente hay sueños que pueden transformarse en pesadillas. Dicho esto, ¿Dónde queda la democracia y el respeto a la vida y dignidad? ¿Mascarada? ¿Impostura? ¿Hasta cuando?

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La autora es psicóloga, politóloga y ex parlamentaria.

www. elfaro-eribol.blogspot.com

erikabrockmann@yahoo.com.mx

Sienten, luego existen (Oscar Peña Franco)

Resultan por momentos conmovedores los esfuerzos que despliegan algunos analistas del acontecer nacional en procura de elaborar (inventar o construir, llámesela como se quiera, que los efectos son los mismos) una explicación a las claves que han llevado a Bolivia al decisivo momento histórico en que hoy se encuentra. Con frecuencia, se echa mano a lo más fácil con la finalidad de devaluar los significados del vigoroso ascenso de las masas indígenas, campesinas y de los llamados movimientos sociales ocurrido aproximadamente en la última década. Se lee la crónica con olvido de la historia. Más aun, se lee sólo el título de la crónica pensando que con eso basta, cuando, en verdad, es en el cuerpo de la información donde se hallan los mejores datos que la realidad nos aproxima. El título es el anzuelo, la crónica es la pesca.

Pero ésta no es, desde luego, una cuestión de técnica periodística. Es algo mucho más serio y más profundo. Es la constatación inapelable de que esas comunidades existen aunque la falta de ecuanimidad procure negarlas. Aquí y ahora, el país de los que piensan está dividido entre los deseos que incuban unos y la realidad que ven otros, separados unos de otros por el distinto valor que atribuyen, según de quienes se trate, a las elucubraciones de gabinete o al terco sonido de la calle. Y no es que nos guíe aviesamente el intento de restar valor a los trabajos intelectuales y a las proposiciones académicas que, sin duda, enriquecen el debate sobre tan sensible cuestión.

Al contrario, hay que dar por bienvenidos todos esos aportes, aunque, francamente, algunos de ellos están más próximos a la secante militancia ideológica que al rigor intelectual. Sería útil que cuestiones fundamentales como ésta sean sometidas a un debate nacional profundo, pero infelizmente, aquí el debate atrayente es el de los gritos, las ofensas personales y los insultos. Existen medios de comunicación, favorecidos por cierto por gruesas legiones de televidentes, que se encuentran entusiastamente dedicados a la discusión escandalosa en vez de dedicarse a orientar la polémica alrededor de las cuestiones sustantivas de la actualidad nacional y sus proyecciones hacia el futuro. Así estamos y en esa fangosa porción del terreno nos movemos, pero habrá que cambiar. Algún día…

De lo que hablamos es, en el fondo, del problema de la pobreza. ¡Claro que sí! El asunto es abrir bien los ojos y hacerlos pasear honesta e inquisitivamente por los cuatro costados. Lo que se encontrará es que los pobres están en las comunidades indígenas de oriente y occidente, en las escarpadas laderas paceñas y en los remotos anillos de Santa Cruz que usted y yo conocemos apenas de vista. ¿Y aún así se puede negar que las comunidades indígenas existan y los movimientos sociales, también? ¿Y que tengan derecho, como el que más, a participar democráticamente en el futuro institucional de Bolivia? ¿Y que desde casi un decenio estén luchando por el reconocimiento pleno de sus derechos? ¿Y que desde hace el mismo tiempo se han convertido en protagonistas que no tienen ni la más pequeña intención de dejar de serlo?

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El autor es periodista

miércoles, 4 de noviembre de 2009

TITULARES DE LA PRENSA

· Puertas abiertas
· Heroína extraña a Cochabamba
Política
· Partidos no se comprometen a contener la violencia electoral
· La institucionalidad del Poder Judicial será repuesta en 2011
· El MAS logra pacto con dos bloques de cívicos en Beni
· Ana Mar critica a Evo por cómo trató a dos periodistas de la Tv
· Antelo hace campaña en mercados cruceños
· Suecia dona $us 1,5 millones para el biométrico
· Joaquino propone restablecer nexos con Santiago
· Doria Medina dice que creará un nuevo ministerio
Ciudad
· Pedro Huanaco es el nuevo alcalde de El Alto con el apoyo del MAS
· Juan Del Granado anuncia que reconstruirá los muros de Irpavi
Negocios
· Corocoro pide querellar a líder rural que denuncia polución
· Fallece el gerente general de INTI, Dieter Schilling Kriete
· El FMI prevé aumento de intereses a nivel mundial
· Banco Los Andes abre sucursal
· Gobierno ratifica la prohibición del ingreso de sustancias nocivas
Cultura
· Casona de ex presidente Arce está en ruinas y fue saqueada
· Murió a los 100 años el pensador francés Claude Lévi-Strauss
· Calle 13 arrasa con 5 nominaciones a los Grammy Latino
· Ratifican que Bryce Echenique plagió 16 artículos de prensa
· Kate Winslet le ganó demanda a un diario inglés
· Agenda
Deportes
· Ortiz rompe la hegemonía del líder Simon
· A falta de tres, Soliz irá a la contención
· La “era Villegas” será hasta julio de 2010
· Castro, otro supuesto caso de adulteración
· Los tres primeros pases, en juego
· La “U” jugará de local en el “Capriles”
· La otra cara de la Vuelta...
Mundo
· Corte Europea prohíbe exhibición obligatoria de crucifijos en escuelas
· Congreso decide consultar a la Suprema restitución de Zelaya
· Choque de trenes en Pakistán
· Venezuela cierra pasos fronterizos con Colombia por “seguridad”
· Periodista muere asesinado en el noreste de México tras secuestro
· Periodista muere asesinado en el noreste de México tras secuestro
· Perú inicia gira por la región y pide reducir gasto militar
· Empleados públicos de Chile comienzan huelga
· Ecuador y Colombia, con encargados de Negocios
Opinión
· Reelección-Carlos Cordero Carrafa *
· Encomio de Sergio Almaraz-Ramón Rocha Monroy *
· Dr. Jekyll y Mr. Hyde-Valentín Abecia López *
Regiones
· Fiscalía de Chuquisaca da pie al inicio de juicio oral contra Nava
· El Niño provoca la escasez de agua en cinco regiones del país
· Bomberos controlan incendio en Santa Cruz
· Pericias confirman que policía se quitó la vida
Seguridad
· En 3 años, 102.414 toneladas de coca eludieron controles legales
· Comandante de ex UTARC fue investigado por una muerte
· Jorge Gutiérrez deja de ser el fiscal de La Paz; lo reemplaza Fernando Ganam
Al Filo
· Murió el senador Díaz, Chuquisaca está de duelo
· Cancillería niega remoción de hitos limítrofes con Chile
· Viceministro Farfán habla por la policía “Karen” del caso Rózsa
· Ex comandante policial asume como Viceministro de Seguridad
· CIADI da por concluido arbitraje sobre nacionalización de Entel
· Periodistas de La Prensa en la final de los premios COBORSE
· El fiscal Jorge Gutiérrez es obligado a tomar vacaciones
Social
· Nueva sucursal del Banco Lsos Andes Procredit

La ciudad y el campo (Gonzalo Lema)

Después de la valiente revolución del 52, el único vínculo real con el campo ha sido la empleada doméstica. En gran parte del altiplano, y en casi todo el valle o piso subandino, la reforma agraria se había encargado de impulsar a los campesinos para que tomaran las tierras. Y eso hicieron, a las buenas y a las malas. Y el mundo criollo, prácticamente en su totalidad, salió del campo y volvió a las ciudades y allí se quedó incluso hasta ahora. No sucedió lo mismo en los llanos, porque la misma reforma agraria trazó para esas tierras calientes otros planes que, con el tiempo, terminaron tan desvirtuados como los del occidente del país. En uno se llegó a la realidad tonta del surco por persona, y en el otro se llegó al latifundio delirante de las doscientas mil hectáreas y hasta más para un solo nombre.

Los bolivianos sabemos toda esa historia y siempre hemos pensado que debería trabajarse sobre esta realidad, por la sencilla razón de nuestra matriz indígena. Una prueba de lo que afirmo se dio en el resultado de la consulta sobre el número máximo de hectáreas que debería detentar una persona, y ganó, de manera abrumadora, el número más chico, el de apenas cinco mil, y siempre y cuando cumplan una función positiva respecto de la sociedad. Ese resultado incuestionable nos dice también que entendemos que la tierra es un recurso finito, limitado, y que cada vez ha de alcanzar menos en el reparto, pero que, si nos organizamos, podemos darle cara a la crisis alimenticia y hasta podemos exportar algunos productos y ayudar a países sin estas posibilidades. Organizarse significa cumplir una serie larga de tareas previas, muchas insospechadas, para que el circuito agrícola nos sea vital como Dios manda.

Pero el circuito agrícola significa mucho más que trabajar la tierra. El circuito significa que los vínculos de la ciudad con el campo deben volver a establecerse, pero esta vez con puentes de ida y vuelta, respetuosos, firmes, evitando que sean levadizos como los anteriores a la revolución. Para eso, debemos aprender quechua, por ejemplo, como sabía y hablaba la gente hasta más allá del 52. Muchos nos preguntamos por qué se perdió esa parte rica de nuestra cultura citadina, y la única respuesta es, hasta ahora, que el 52, si bien significó la incorporación de indígenas y campesinos al ejercicio pleno de la ciudadanía, también levantó el puente de vinculación entre las dos realidades y nos dejó en la batalla tan sólo con el castellano. Una suerte de huérfanos en medio de un paisaje tan variado en todos los términos. Para colmo, debemos reconocer que el mundo indígena y campesino siempre se afanó en hablar castellano y trató de hacerlo con menos acento que el Goni. Lo que quiero decir es que nosotros no nos hemos esforzado nada, o por lo menos no lo suficiente, en cultivar un valor tan importante como el idioma de la otra mitad de nuestro ser.

No sólo eso. Los bolivianos de la ciudad estamos convencidos de que nuestra fe es la única verdadera. Es un error afirmar aquello. La fe siempre sirve como columna vertebral moral, abrace un dios como abrace otro. Y la religiosidad de los pueblos andinos, así como la religiosidad de los pueblos amazónicos, igual que la nuestra, nos da, además de todo, un lugar más allá de la misma muerte. ¿Es eso poco? En este tema esencial también debemos reconocer que tanto los indígenas como los campesinos se han acercado a la religión católica todo lo posible, y, si bien se ha logrado un sincretismo maravilloso con lo suyo, es notorio que la gente de la ciudad debería tratar de comprender la espiritualidad profunda de estos pueblos dando muchos pasos más allá de la q’hoa de cada primer viernes de mes.

A propósito del gran debate nacional en torno a la nueva constitución que rige nuestra vida en sociedad, también ha circulado la sonrisa irónica e ignorante, por todos los medios de comunicación, de quienes no creen que estos pueblos hayan trabajado su propio sistema político. ¿Qué es lo que se trataba de afirmar? ¿Qué seguía rigiendo la ley del más fuerte? ¿Qué vivían sin ley? Nuestros estudiosos afirman, cada vez con mayor convicción, todo lo contrario. Antiquísimas instituciones de la humanidad como el cabildo, propias de democracias directas, no intermediadas, rigen a plenitud en esas sociedades. Más aún: la carga de la gestión pública es rotativa, no perpetua. ¿Cómo no respetar esa legítima manera de vivir en nuestra ley? Creo que incluso nos hemos quedado cortos concediendo poca representación para el parlamento, pues se ha querido entender que no hacía falta, porque varios pueblos ya son mestizos.

Los bolivianos de la ciudad debemos aceptar que, por ahora, para la sorpresa de muchos, algunos pueblos no quieren asimilarse a nuestra forma de ser. Quieren seguir siendo ellos, asunto bien difícil, pero es su voluntad. Si somos demócratas, debemos respetar esa decisión y entender que si hay un pie que acelere este proceso de integración y mestizaje debe ser el suyo en lo posible, y, si fuera el nuestro, que no aplaste cuellos sino que pise con el respeto debido.

Por estas cosas, y por tantas otras que yo no veo, debemos poner el mayor de los esfuerzos en integrar la ciudad con el campo. Del campo no llegan los bandidos, como se pensaba en la Edad Media y se tuvo que alzar cordones de murallas y hacer hervir cantidades de aceite. Y de la ciudad no salen explotadores, discriminadores, vivillos, nada más que porque sí. La realidad política, social, jurídica y cultural dio lugar a todo eso. Pero hemos dado un paso enorme visibilizándonos unos a otros. En el fondo nuestro, un indio de pie nos mira. En el fondo suyo, un criollo empieza a despertar con los mejores deseos de un futuro mejor. Nos va a ir bien, como nos fue con la comida nacional cocinada por la noble empleada doméstica.







SURAZO



Matones



JUAN JOSÉ TORO MONTOYA



Ingrediente 1: Peleas.- Las peleas entre simpatizantes de partidos políticos son tan antiguas como la política misma y, por ello, la historia de Bolivia está plagada de ejemplos de ese tipo.

Ingrediente 2: Excesos.- Los excesos siempre son malos no sólo porque significan rebasar los límites de lo ordinario, y en ocasiones hasta de lo ilícito, sino porque, al hacerlo, sobrepasan las normas de convivencia humana.

Una de la razones de las crisis políticas de nuestro país es la frecuente mezcla de esos dos ingredientes.

Teóricamente, los militantes de partidos políticos deberían recibir adoctrinamiento de estos, asistir a reuniones para discutir las propuestas de aquellos a la sociedad y trazar estrategias para la lucha ideológica. En medio de ello, se debería formar cuadros; es decir, aquellas personas que, por su don natural de mando, tendrían que asumir liderazgo en el futuro.

Lamentablemente, el panorama de los anteriores párrafos es simplemente teórico porque, por lo menos en Bolivia, los partidos políticos han dejado de ser los instrumentos idóneos para el ejercicio democrático y se han convertido en meras agencias de empleos o de distribución de prebendas.

Abandonados y/o utilizados por sus líderes e incapaces de mantener la lucha política en el terreno de lo ideológico, los actuales militantes y/o simpatizantes de partidos políticos se limitan a asistir a los actos de masas, mejor si es a cambio de unos pesos o algún regalito. Otros forman grupos de choque cuya función es amedrentar al enemigo y esto ya es un exceso.

En la historia reciente de Bolivia, las prebendas y los excesos de los partidos políticos fueron moneda corriente. No obstante, se creía que el odio y la intolerancia eran prácticas de agrupaciones totalitarias como las de los nazis o fascistas cuyos grupos de choque llegaron hasta el crimen.

Los tiempos de cambio que vivimos nos demuestran cuán equivocados estábamos porque el odio, la intolerancia e incluso el crimen y el racismo no habían sido exclusivos de los partidos considerados de derecha.

El Movimiento Al Socialismo que, desde su nombre, es un partido autoproclamado de izquierda, ha demostrado que puede actuar igual o peor que los que supone sus antípodas.

Lo demuestra al considerar como enemigos a quienes piensan diferente —incluida, lógicamente, la prensa— y al evitar que sus rivales electorales desarrollen sus campañas en territorios controlados por masistas.

Los excesos se convirtieron en moneda corriente y, ante el silencio cómplice de los organismos internacionales a los que se presentó la denuncia, prosiguieron inalterables.

Pero en el marco de una contienda política, hasta esos excesos pueden resultar más o menos normales siempre y cuando no rebasen los límites de lo legal.

Empero, aquella agresión a opositores en la que un niño resultó herido pasa no sólo los límites de lo legal sino de lo racional.

La provocación de una fractura de pierna se tipifica como “lesiones”, delito sancionado por los artículos 270 y 271 del Código Penal, y su gravedad depende de los días de impedimento. Que se haya cometido contra un menor de edad constituye, además, una agravante.

Y es que lo peor de los excesos en aquella pelea es que se atentó contra la integridad de un niño cuyo desarrollo físico, mental, moral, espiritual, emocional y social en condiciones de libertad, respeto, dignidad, equidad y justicia está teóricamente garantizado por el código de la materia y la nueva Constitución.

No puedo ni imaginarme a aquel pobre niño gritando “papi… por favor que no me maten” en medio de aquella sórdida pelea de seudopolíticos pero estoy seguro que, al herirlo, esos politiqueros mataron el último resquicio de respeto por la sociedad que quedaba en sus conciencias.

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www.columnistas.net

Destructores institucionales (J. Lizandro Coca Olmos)

VENI, VIDI, VICI


Instituciones no son solamente las creadas por la Constitución y las Leyes, sino también las organizaciones en que se agrupan los individuos haciendo uso de su libertad de asociación para fines lícitos. En tal sentido, los comités cívicos, los sindicatos, las agrupaciones civiles y otros, son una especie de institucionalidad que, siempre y cuando lo hagan dentro de los límites que imponen las libertades y derechos ciudadanos, debería coadyuvar a la institucionalidad estatal en el trabajo de resolver problemas e interpelar al gobierno sobre errores o insuficiencias en su desempeño.

Durante los últimos cuatro años, hemos criticado y protestado por cómo el gobierno del MAS ha destruido todo tipo de instituciones en Bolivia, comenzando por algunas que son esenciales para el correcto funcionamiento de un Estado, como el Tribunal Constitucional, la Corte Suprema y el Congreso de la República, hasta otras que, aunque no tan globales, son importantes y complementarias a las primeras, como sindicatos y asociaciones civiles. ¿Cómo ha destruido el MAS a estas últimas? Deslegitimándolas y desnaturalizándolas al hacerlas orgánicas y funcionales al partido de gobierno. Es así que la COB, la CSUTCB, algunos colegios de profesionales, y otras, no sólo que se declaran y hacen abiertamente campaña a favor del partido de Morales, sino que hasta han puesto su patrimonio al servicio del masismo, haciendo de sus sedes casas de campaña del MAS, y utilizando a sus afiliados como capital político para conseguir privilegios especiales.

Pero Evo Morales y sus esbirros no han sido los primeros en jugar a los destructores institucionales. En Cochabamba hemos tenido el mismo tipo de comportamiento en un escenario más pequeño. Manfred Reyes Villa también es un destructor institucional. Si los cochabambinos meditamos detenidamente desde cuándo nuestro Comité Cívico es el más débil del país, tendremos que retroceder al momento en que Reyes Villa se las arregló para que esta institución respondiera a sus intereses y deseos. Y no es que, en determinado momento, una institución ciudadana no pueda apoyar ciertos proyectos de alguna autoridad por considerarlos de importancia para la región o para sus afiliados, por supuesto que lo puede y lo debe hacer, pero de ahí a convertir a la institución en una sucursal del grupo político de la autoridad, hay una diferencia estratosférica.

Lo mismo con otro tipo de instituciones. Varios sindicatos campesinos de Cochabamba, por ejemplo, están divididos en tres, uno que responde al MAS, uno independiente, y otro que responde a Manfred, debilitando horrorosamente su efectividad y deslegitimando sus acciones. Entre Morales y Reyes Villa, han logrado reducir la fuerza de las instituciones del departamento casi hasta desaparecer por completo.

El gran problema es que ninguno de estos sectores políticos que gustan jugar al destructor institucional parecen haber aprendido nada, puesto que hoy, en plena etapa electoral, continúan buscando asimilar organizaciones ciudadanas para convertirlas en casas de campaña, y a sus dirigentes y afiliados en empleados propagandísticos. Cuando no pueden asimilar la totalidad de la institución, no tienen ningún problema en dividirla, porque a ellos lo que les importa no es la sobrevivencia de aquella y su buen funcionamiento, sino conseguir más empleados, alarifes y sirvientes personales, a los que se puede mantener felices con un poco de prebenda.

Con muchísimo trabajo, el Comité Cívico Femenino y el Comité Interinstitucional por Cochabamba, han conseguido retomar las labores cívicas que el Comité Cívico no ha podido abordar por su débil imagen institucional. Es de esperar que estas instituciones hayan aprendido la lección de los tropiezos de otras, y que a la hora de atender los, a veces suplicantes y otras demandantes, llamados de los políticos, entiendan que, individualmente, y siempre y cuando no comprometan a sus instituciones, los actores cívicos pueden apoyar proyectos políticos, pero deben hacerlo como individuos y no como dirigentes cívicos.

Incluso, si así lo desean, pueden ser parte activa de un proyecto político siempre y cuando abandonen la institución cívica. Pero no tienen el derecho de pretender poner a la institución cívica o ciudadana al servicio de ningún candidato o autoridad, por más cautivante o positiva que fuera la razón de hacerlo.

Ojalá entendieran esto también los sindicatos campesinos y la COB, que hace años muestran una obediencia canina al partido de gobierno, presentando una imagen con nula credibilidad ante la sociedad que, aunque a veces es ingenua, suele ser muy perspicaz –en ocasiones exageradamente-- para identificar lazos políticos de actores supuestamente independientes.

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El autor es miembro del Instituto Libertad, Democracia y Empresa

lizandrocolmos@gmail.com

Llega el "crack" del mercado no residencial

Tercera ronda subprime en EEUU: llega el "crack" del mercado no residencial


El mercado inmobiliario no residencial sigue cayendo a plomo en EEUU. Los inversores Wilbur L. Ross y George Soros coinciden en que su colapso tendrá "consecuencias terroríficas" sobre el sector financiero, que acumula casi 3,5 billones en créditos al sector.

· CIT quiebra: la segunda mayor bancarrota de EEUU desde Lehman Brothers
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Manuel Llamas

La agencia de calificación de riesgos Moody´s señalaba la pasada semana que la mayoría de los mercados de bienes raíces comerciales (Commercial Real Estate, en inglés) en Estados Unidos siguen siendo débiles y probablemente no se recuperen pronto.

En concreto, según la agencia, el precio de las propiedades comerciales -locales, oficinas, suelo industrial, etc.- ya ha caído casi un 41% desde su valor máximo, en octubre de 2007. Por otro lado, el último informe de Real Capital Analytics Inc. señala que la compraventa de este tipo de inmuebles ha descendido hasta su nivel más bajo de las dos últimas décadas, cuando la primera potencia mundial se enfrentó a su última crisis financiera (save and loans) a principios de los años 90.

El informe de Moody's sobre los bienes raíces comerciales en Estados Unidos mostró que los cinco mercados más afectados por la crisis incluyen a Indianapolis, Detroit, Phoenix, Cleveland y Atlanta. Entre los cinco mejores mercados estadounidenses para este segmento inmobiliario se encuentran Honolulu, Pittsburgh, Las Vegas, Newark y San Francisco.

Los prestigiosos inversores Wilbur L. Ross y George Soros advirtieron el pasado viernes acerca de los riesgos que puede conllevar el desplome de este sector. En concreto, Ross indicó que EEUU sufre el inicio de un "gran crack en el mercado de bienes raíces".

"Todos los componentes del sector inmobiliario avanzan en la dirección equivocada simultáneamente", según Ross. "Las tasas de ocupación están bajando. Las rentas de alquiler caen y la tasa de capitalización -el retorno que exigen los inversores para comprar una propiedad- está subiendo".

En una entrevista concedida a la cadena estaudinense CNBC, Ross indicó que debido a la quiebra del sector inmobiliario no residencial es posible que cierren hasta 1.000 bancos en Estados Unidos en los próximos meses. En lo que va de año ya han quebrado 115 entidades financieras.

Lea el artículo completo en: Libertad Digital

domingo, 1 de noviembre de 2009

Las campañas de la crisis (Jimena Costa)

La polarización de la política promovida por el oficialismo como estrategia de posicionamiento fue exitosa. Resulta que una gran mayoría de la población gradualmente deja de mirar la realidad y la sustituye por las representaciones de realidad que el Gobierno construye a través de los medios hasta llegar a un punto en el que los spots televisivos y discursos políticos son la ratificación de que “estamos mejor”.

Por supuesto, quedan otros más realistas pero dispuestos a mantener sus tradiciones que dicen: “Los otros también robaban, al menos ahora alguito nos llega”; algunos creen que es mejor “acomodarse” porque creen que “tira para rato”, y como se afirmó entre ciertas filas empresariales: “Al menos seremos los últimos en la lista” y se vuelven funcionales. Hay unos cuantos que nunca creyeron que aquí había cambio y los hay de izquierda y de derecha. Hay otros que no les interesa si hay o no cambio mientras sus intereses sigan intactos, y estamos los que creímos que era posible el cambio y le apostamos para arribar a un doloroso desencantamiento, lo que no impide mantener los mismos criterios de evaluación que siempre aplicamos —a los de antes y a los de ahora— para determinar si el Gobierno es un buen gobierno (más allá de si nos guste o no), si la oposición es una buena oposición (más allá de cuánto nos disguste), si los partidos o los sindicatos cumplen sus funciones, si el cambio de tipo de registro en el padrón garantiza que sea confiable, etc., etc.

Qué se ve: siguen los oportunistas acomodándose en las listas no por principios o por un proyecto, sino porque sigue en boga la concepción del “Estado-botín” —nuevos piratas con las mismas y viejas prácticas—; sigue la gente “con precio” dispuesta a venderse, aunque unos cobran $us 5.000 por levantar la mano y otros cobran $us 9.000.000 para salir en las fotos; siguen los que cierran los ojos ante la corrupción mientras no afecte sus intereses; siguen los que se aprovechan del hambre de los pobres para manipularlos y usarlos; siguen los entornos de lacayos grandilocuentes que dicen lo que necesitan decir y hacen lo que hay que hacer para que los caudillos aspirantes a líderes dependan de ellos…

El escenario para diciembre incluye: el uso y abuso de recursos y bienes públicos por parte del Gobierno y un nuevo Órgano Electoral Plurinacional que deberá sancionar a sus candidatos —ja, ja, ja— y hasta puede inhabilitarlos —ja, ja, ja—; los delegados del OEP deben evitar el voto comunitario que va contra la ley y los derechos ciudadanos —ja, ja, ja—; deberán anular las mesas donde se presenten los “capataces electorales” —ja, ja, ja—; si se produce algún desorden, el OEP podrá convocar a la Policía o a las FFAA sin depender de los ministros de Gobierno y Defensa —ja, ja, ja, ja, ja, ja—; y si en algún punto del país la comunidad impide la campaña de algún candidato, allí no se instalarán mesas para votar —ja, ja, ja—; se suman los observadores, quienes sólo pueden ir a mirar donde no hay lío, porque de lo contrario corren el riesgo de ser linchados.

La crisis en pleno. La única manera de no contribuir al acabose es participar, ir a votar y cuidar el voto, cada uno en su mesa, quedarse al recuento y fotografiar el resultado del escrutinio en su mesa. Esta vez el OEP tendrá que publicar los resultados por mesa y podremos compararlos con nuestras fotitos.

Fuente: La Prensa
01/11/09

A la gente su plata (Roberto Laserna)

Hace unos días el presidente de Nigeria, Umaru Yar'Adua, envió un proyecto de ley al parlamento de su país proponiendo la distribución del equivalente al 10% de los ingresos petroleros directamente a los ciudadanos del delta del Níger.

La región, productora de la mayor parte del petróleo de este gigante africano, es también la más azotada por la violencia y donde los contrastes de riqueza y pobreza son los más altos. De hecho, Yar´Adua pretende con este procedimiento satisfacer la demanda fundamental de la población del Níger, que es acceder a una parte de esa riqueza, eliminando así la principal causa de la violencia en la zona. Esta idea fue ya propuesta por Xavier Sala I Martin y Arvind Subramanian en un documento de trabajo para el FMI.

Hasta ahora, Nigeria fue uno de los casos emblemáticos de la maldición de los recursos naturales, pues desde que se descubrió petróleo en su costa no sólo crecieron las exportaciones y el PIB, sino también la pobreza, el SIDA y la violencia.

Muy cerca de Nigeria se encuentra Ghana, hasta ahora uno de los pocos países africanos que parecía encaminarse hacia una democracia con sólidas instituciones y una economía estable y en crecimiento. Pero hace poco descubrió grandes reservas de petróleo y dentro de un par de años el país se convertirá en exportador petrolero. Los investigadores del Centro para el Desarrollo Global de Washington difundieron un estudio sobre los problemas que podría representar para Ghana la afluencia de esos recursos, y prepararon un memorando al Presidente John Atta Mills sugiriéndole una fórmula para evitar esos problemas: distribuir el dinero petrolero entre todos los ciudadanos (cgdev.org). La directora de este centro, Nancy Birdsall ya había planteado junto a Arvind Subramanian una propuesta similar para Irak hace algunos años, a través de la prestigiosa revista Foreign Affairs.

En marzo de este año, Muammar Gaddafi propuso liquidar el enorme aparato burocrático de Libia y distribuir entre los ciudadanos los ingresos provenientes del petróleo. La propuesta del caudillo libio es parte de su sorprendente giro político, luego de reconocer el fracaso de la larga revolución que preside y admitir que es tiempo de ensayar algo completamente diferente.

La propuesta ha encontrado la resistencia de la burocracia libia, incluyendo el primer ministro al-Mahmoudi y el presidente del Banco Central, Bin Guidara. Para ellos, la distribución de los recursos petroleros entre todos los ciudadanos causaría una debacle económica, con inflación y caos. Gaddafi replicó: “lo que ustedes quieren es que la situación no cambie y puedan así conservar sus privilegios”, y les exigió que piensen en cómo se puede distribuir directamente a todos los libios el dinero proveniente de las exportaciones petroleras. “El petróleo pertenece a los libios y ellos deben tener ese dinero y hacer con él lo que les plazca”, habría afirmado el líder libio (Javno.com).

Todavía no se sabe la respuesta del Presidente de Ghana, pero sí la de los políticos y burócratas, tanto irakíes como norteamericanos, que han estado a cargo de la reconstrucción de Irak: “Si el dinero es público, lo gastamos nosotros”. No son sus palabras, por supuesto, pero es su lógica. Similar a la de los ministros de Gaddafi y a la de los planificadores del gobierno boliviano, que prefieren mantener el control de los recursos para sostener proyectos grandiosos de industrialización, educación, infraestructura, dejando para la gente los mínimos bonos que garanticen su apoyo político. Sabemos que esos proyectos son grandiosos en intenciones pero pobres en realidad, como lo muestran las experiencias de despilfarro y corrupción que compartimos con muchos países petroleros.

En noviembre del 2006 un grupo de ciudadanos planteó en Bolivia una solución parecida. En un documento firmado entre otros por Eduardo Rodríguez Veltzé, Victor Hugo Cárdenas, Juan Antonio Morales, ex Prefectos departamentales, ex Ministros, periodistas y académicos, se planteó “que se distribuyan todas las rentas naturales entre todos los ciudadanos, sin intermediarios ni promesas, de manera directa y transparente, a fin de que cada uno decida qué hacer con esos recursos para beneficiar a su familia y contribuir al progreso nacional”.

Aquella propuesta no fue una ocurrencia y, como se ve, tampoco aislada. Se basa en investigaciones que detectaron los riesgos de la abundancia en un entorno de débil institucionalidad como el nuestro, y en estudios que descubrieron los impactos positivos de las transferencias directas de efectivo, como los bonos, así como de estudios prospectivos que demostraron que este modelo reduciría la pobreza y las desigualdades y dinamizaría el crecimiento.

Por su parte, el Banco Mundial difundió hace poco una amplia revisión de experiencias de transferencia directa de dinero a la gente. Unas más que otras, todas las experiencias analizadas han sido exitosas.

En síntesis, la distribución directa y en efectivo con absoluta seguridad eliminaría los enormes problemas que crea la abundancia y eso debería bastar para convencernos de la necesidad de llevarla a cabo. Pero si a ese enorme beneficio se le añade la probabilidad de que además reduzca la pobreza y la desigualad, no deberíamos dudar un instante para convertir esta propuesta en política de Estado.

El país vive ahora una coyuntura especial. El boom exportador ha pasado pero el país todavía obtiene mucho dinero de la explotación de sus recursos naturales. El hierro y el litio podrían sumar mucho más a lo que se tiene, así como podrían hacerlo otros recursos ambientales que apenas conocemos. Aprendiendo de lo que ya hicimos con el Bonosol-Renta Dignidad, podemos avanzar más y hacer que finalmente se cumpla la promesa que han hecho todas las constituciones bolivianas: “los recursos naturales son del pueblo”.

Si logramos que las rentas lleguen a sus verdaderos dueños, los ciudadanos bolivianos, sin discriminación ni intermediación, no solamente alcanzaremos niveles superiores de desarrollo y bienestar en Bolivia, sino que ayudaremos a que lo hagan ciudadanos de países tan dispares y lejanos como Libia, Nigeria, Ghana e Irak.

Roberto LasernaEconomista

Fuente: Los Tiempos