sábado, 29 de agosto de 2009

Evo Morales y la “Madre Tierra”

Sólo con muy mala fe se pueden soslayar los estragos que el circuito coca – cocaína causa en la salud de la “Madre Tierra”

Mucho entusiasmo y alegría entre sus seguidores, como sorpresa, confusión y disconformidad entre sus detractores, ha causado la decisión del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el nicaragüense Miguel D’Escoto, de otorgar al presidente Evo Morales una medalla y un pergamino, mediante los cuales será declarado como defensor mundial de la “Madre Tierra”.

Esa distinción, según D’Escoto, se justifica por “la firme postura del jefe de Estado boliviano en defensa del medio ambiente y la “Madre Tierra” (Pachamama), con propuestas concretas que ha presentado en varios foros internacionales”.

No hace falta mucha erudición para poner en evidencia cuán falaz es esa apreciación. Es que pocas actividades son más incompatibles con la preservación de la salud de la “Madre Tierra” que las que realizan los productores de coca, cuyo máximo dirigente es precisamente Evo Morales.

Ese sólo hecho tendría que ser suficiente para descalificar el rol que se le pretende atribuir al principal líder de los cocaleros, pues como lo confirma una infinidad de estudios sobre el tema, la producción de coca y su transformación en cocaína está haciendo estragos en la “Pachamama”.
Es bien sabido, por ejemplo, que los cultivos de coca son incompatibles con la preservación de los suelos del subtrópico cochabambino, lo que está dando lugar a una acelerada desforestación y aniquilamiento de la capa fértil de la tierra. La constante expansión de los cultivos está destruyendo reservas ecológicas, invadiendo todos los parques naturales. Y muchísimo peor es el paso siguiente, el que viene después de la cosecha de las hojas de coca, que consiste en su mezcla con letales sustancias químicas para elaborar la pasta base de cocaína.

Todo ese proceso, que ya no se desarrolla sólo en las zonas de cultivo, sino a lo largo y ancho del territorio nacional, valles y altiplano incluidos, está haciendo estragos en la tierra, el agua y especies animales. La cadena destructora de los ecosistemas que se inicia con los cultivos de coca es de tal magnitud que sólo con muy mala fe puede ser soslayada por quienes con tanta hipocresía hablan de la “Madre Tierra”.

Como si eso fuera poco, Morales ha desafiado franca y abiertamente a todas las organizaciones defensoras del medio ambiente en nuestro país al insistir en la exploración hidrocarburífera en el norte paceño, una región que por la fragilidad de su ecosistema es una de las que más protección requiere. Es probable que haya argumentos para respaldar tal pragmatismo, pero es seguro que la defensa de la “Pachamama” no es, ni mucho menos, uno de ellos.

Con esos antecedentes, tan cuestionable como la distinción que trae D’Escoto es el silencio de las muchas organizaciones que a pesar de que actúan en nombre de la defensa del medio ambiente en los hechos son cómplices de su destrucción.

Evo Morales y la “Madre Tierra”

Sólo con muy mala fe se pueden soslayar los estragos que el circuito coca – cocaína causa en la salud de la “Madre Tierra”

Mucho entusiasmo y alegría entre sus seguidores, como sorpresa, confusión y disconformidad entre sus detractores, ha causado la decisión del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el nicaragüense Miguel D’Escoto, de otorgar al presidente Evo Morales una medalla y un pergamino, mediante los cuales será declarado como defensor mundial de la “Madre Tierra”.
Esa distinción, según D’Escoto, se justifica por “la firme postura del jefe de Estado boliviano en defensa del medio ambiente y la “Madre Tierra” (Pachamama), con propuestas concretas que ha presentado en varios foros internacionales”.
No hace falta mucha erudición para poner en evidencia cuán falaz es esa apreciación. Es que pocas actividades son más incompatibles con la preservación de la salud de la “Madre Tierra” que las que realizan los productores de coca, cuyo máximo dirigente es precisamente Evo Morales.
Ese sólo hecho tendría que ser suficiente para descalificar el rol que se le pretende atribuir al principal líder de los cocaleros, pues como lo confirma una infinidad de estudios sobre el tema, la producción de coca y su transformación en cocaína está haciendo estragos en la “Pachamama”.
Es bien sabido, por ejemplo, que los cultivos de coca son incompatibles con la preservación de los suelos del subtrópico cochabambino, lo que está dando lugar a una acelerada desforestación y aniquilamiento de la capa fértil de la tierra. La constante expansión de los cultivos está destruyendo reservas ecológicas, invadiendo todos los parques naturales. Y muchísimo peor es el paso siguiente, el que viene después de la cosecha de las hojas de coca, que consiste en su mezcla con letales sustancias químicas para elaborar la pasta base de cocaína.
Todo ese proceso, que ya no se desarrolla sólo en las zonas de cultivo, sino a lo largo y ancho del territorio nacional, valles y altiplano incluidos, está haciendo estragos en la tierra, el agua y especies animales. La cadena destructora de los ecosistemas que se inicia con los cultivos de coca es de tal magnitud que sólo con muy mala fe puede ser soslayada por quienes con tanta hipocresía hablan de la “Madre Tierra”.
Como si eso fuera poco, Morales ha desafiado franca y abiertamente a todas las organizaciones defensoras del medio ambiente en nuestro país al insistir en la exploración hidrocarburífera en el norte paceño, una región que por la fragilidad de su ecosistema es una de las que más protección requiere. Es probable que haya argumentos para respaldar tal pragmatismo, pero es seguro que la defensa de la “Pachamama” no es, ni mucho menos, uno de ellos.
Con esos antecedentes, tan cuestionable como la distinción que trae D’Escoto es el silencio de las muchas organizaciones que a pesar de que actúan en nombre de la defensa del medio ambiente en los hechos son cómplices de su destrucción.

viernes, 28 de agosto de 2009

Triunfo del MAS, suicidio de la oposición

Según lo anticipan las encuestas, el MAS avanza hacia el control del poder total mientras la oposición marcha hacia un suicidio colectivo

Como si los muchos aspirantes a candidato que se disputan la representación de la oposición para las próximas elecciones generales no tuvieran ya suficientes motivos para la preocupación, la empresa Encuestas & Estudios Gallup International ha difundido los resultados de una encuesta según los cuales el panorama es de lo más sombrío para todos quienes pretenden hacer frente a la fórmula oficialista.
Los datos que arroja la encuesta que comentamos merecen ser tomados muy en serio no sólo porque la empresa responsable del estudio es una de las más confiables, sino también porque a diferencia de las anteriores, ésta no se limitó a las principales ciudades capitales del país. Abarcó los nueve departamentos, 92 provincias y 131 municipios. Incluye pues al área rural, lo que le da mayor precisión y verosimilitud al sondeo ya que como es bien sabido, es en el campo donde el MAS tiene su bastión principal con un apoyo que en muchas provincias supera el 90%.
Las intenciones de voto expresadas por las personas encuestadas confirman las tendencias ya anticipadas por anteriores sondeos, pero dan un margen de triunfo mayor a Evo Morales, quien ganaría en los nueve departamentos con porcentajes que van desde el máximo, en La Paz, donde tiene 82% de apoyo, y el mínimo, en Santa Cruz, donde cuenta con sólo el 24.6% de los electores. A pesar de ello ganaría en ese departamento, como en Beni, Pando y Tarija, pues ninguno de sus potenciales rivales se aproxima siquiera a esa cifra debido la dispersión del voto opositor.
Para todos los candidatos de la oposición, en cambio, el panorama es desolador. Ninguno de ellos llega al 10%. El más favorecido, Samuel Doria Medina, apenas tiene 9.7% de las intenciones de voto y el resto se diluye en porcentajes insignificantes entre todos los demás. Para colmo, ninguno tiene respaldo homogéneo en todo el país. Todos concentran sus escasos apoyos en uno o dos departamentos, pero son poco menos que inexistentes en los demás.
Mucho más halagüeñas para el oficialismo y deprimentes para la oposición son las perspectivas si los porcentajes de votación anticipados por las encuestas son proyectados a la distribución de escaños en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Es que debido al sistema ahora vigente, el denominado D´Hondt, la representación tiende a concentrarse en quienes más votación tienen en desmedro de los menos favorecidos. Así, el 57.7 de votos a favor del MAS se transformaría en poco menos de 70% de asambleístas y el 30% restante se distribuiría entre todos los fragmentos de la oposición.
Se puede pues afirmar que, si se mantienen las tendencias actuales, el MAS se encamina a pasos firmes hacia el objetivo de hacerse del control total del poder. Todas las fracciones de la oposición, en cambio, se encaminan hacia un suicidio colectivo tras el que se vislumbra ya un futuro régimen de partido único.

Triunfo del MAS, suicidio de la oposición

Según lo anticipan las encuestas, el MAS avanza hacia el control del poder total mientras la oposición marcha hacia un suicidio colectivo

Como si los muchos aspirantes a candidato que se disputan la representación de la oposición para las próximas elecciones generales no tuvieran ya suficientes motivos para la preocupación, la empresa Encuestas & Estudios Gallup International ha difundido los resultados de una encuesta según los cuales el panorama es de lo más sombrío para todos quienes pretenden hacer frente a la fórmula oficialista.
Los datos que arroja la encuesta que comentamos merecen ser tomados muy en serio no sólo porque la empresa responsable del estudio es una de las más confiables, sino también porque a diferencia de las anteriores, ésta no se limitó a las principales ciudades capitales del país. Abarcó los nueve departamentos, 92 provincias y 131 municipios. Incluye pues al área rural, lo que le da mayor precisión y verosimilitud al sondeo ya que como es bien sabido, es en el campo donde el MAS tiene su bastión principal con un apoyo que en muchas provincias supera el 90%.
Las intenciones de voto expresadas por las personas encuestadas confirman las tendencias ya anticipadas por anteriores sondeos, pero dan un margen de triunfo mayor a Evo Morales, quien ganaría en los nueve departamentos con porcentajes que van desde el máximo, en La Paz, donde tiene 82% de apoyo, y el mínimo, en Santa Cruz, donde cuenta con sólo el 24.6% de los electores. A pesar de ello ganaría en ese departamento, como en Beni, Pando y Tarija, pues ninguno de sus potenciales rivales se aproxima siquiera a esa cifra debido la dispersión del voto opositor.
Para todos los candidatos de la oposición, en cambio, el panorama es desolador. Ninguno de ellos llega al 10%. El más favorecido, Samuel Doria Medina, apenas tiene 9.7% de las intenciones de voto y el resto se diluye en porcentajes insignificantes entre todos los demás. Para colmo, ninguno tiene respaldo homogéneo en todo el país. Todos concentran sus escasos apoyos en uno o dos departamentos, pero son poco menos que inexistentes en los demás.
Mucho más halagüeñas para el oficialismo y deprimentes para la oposición son las perspectivas si los porcentajes de votación anticipados por las encuestas son proyectados a la distribución de escaños en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Es que debido al sistema ahora vigente, el denominado D´Hondt, la representación tiende a concentrarse en quienes más votación tienen en desmedro de los menos favorecidos. Así, el 57.7 de votos a favor del MAS se transformaría en poco menos de 70% de asambleístas y el 30% restante se distribuiría entre todos los fragmentos de la oposición.
Se puede pues afirmar que, si se mantienen las tendencias actuales, el MAS se encamina a pasos firmes hacia el objetivo de hacerse del control total del poder. Todas las fracciones de la oposición, en cambio, se encaminan hacia un suicidio colectivo tras el que se vislumbra ya un futuro régimen de partido único.

jueves, 27 de agosto de 2009

Las dos vertientes del monopartidismo

El monopartidismo no es sólo resultado del espíritu totalitario del oficialismo. La ceguera de la oposición es otra causa del fenómeno.

Enorme revuelo en el escenario político nacional han causado las declaraciones de un dirigente de la Central Obrera Regional de El Alto, , según las que los “sectores sociales” afines al MAS de esa ciudad habrían decidido impedir que los partidos de la oposición hagan proselitismo o abran casas de campaña en “su” territorio.

Como era de esperar, los muy numerosos candidatos de la oposición son los que con más entusiasmo se rasgaron las vestiduras y elevaron al cielo sus quejidos lastimeros. No pudieron, sin embargo, dejar de dar la impresión de que en el fondo los complace ese tipo de amenazas pues todos ya están buscando pretextos para justificar el estrepitoso fracaso que, al paso que van, los espera en diciembre.

Desgraciadamente, el fondo del asunto, cuya gravedad es mucho mayor de lo que se podría suponer si se lo atribuye sólo a los exabruptos de un dirigente alteño, pasa desapercibido para los muchos candidatos opositores. Es que más allá del desparpajo con que algunos individuos vierten sus amenazas, en los hechos hace ya mucho tiempo que en gran parte del territorio nacional está vigente un régimen de partido único.

Se ha llegado a ese punto por dos caminos. Uno de ellos es la eficiencia con que el MAS, a través de todas las organizaciones sociales que controla, ha logrado monopolizar la actividad política. El segundo es la absoluta y total ausencia de una organización de oposición capaz de hacer frente a ese avasallamiento.

Está ya tan consolidada en gran parte de territorio nacional la red de “control social” mediante la que se recurre a todo tipo de métodos coercitivos para coartar la libertad de acción política de quienes no se someten a los “pactos de unidad”, que el MAS ya no requiere amenazar. Ya los hechos son más contundentes que cualquier amenaza.

En ese contexto, la incontinencia verbal de algunos dirigentes, más que a una declaración de intenciones del oficialismo, puede ser atribuida a las pugnas internas que se producen en las filas de los “movimientos sociales” en pos de las candidaturas a diputados y senadores en las listas del MAS. Son pues sólo la manifestación más externa de algo más profundo.

Mucho más grave que la franqueza con que algunos dirigentes dan cuenta de lo que es ya una realidad, es la incapacidad de la oposición para hacer frente a ese avasallamiento con algo más que estériles quejas. No hay ni una sola organización capaz de intentar siquiera hacerse presente con casas de campaña, líderes intermedios ni candidatos en los territorios controlados por el MAS, y eso no es sólo por culpa del espíritu totalitario de los militantes del oficialismo. Es también, y sobre todo, consecuencia de la ceguera de una oposición que dispersa y dilapida sus esmirriadas fuerzas en vergonzosas pugnas personales.

Las dos vertientes del monopartidismo

El monopartidismo no es sólo resultado del espíritu totalitario del oficialismo. La ceguera de la oposición es otra causa del fenómeno.

Enorme revuelo en el escenario político nacional han causado las declaraciones de un dirigente de la Central Obrera Regional de El Alto, , según las que los “sectores sociales” afines al MAS de esa ciudad habrían decidido impedir que los partidos de la oposición hagan proselitismo o abran casas de campaña en “su” territorio.
Como era de esperar, los muy numerosos candidatos de la oposición son los que con más entusiasmo se rasgaron las vestiduras y elevaron al cielo sus quejidos lastimeros. No pudieron, sin embargo, dejar de dar la impresión de que en el fondo los complace ese tipo de amenazas pues todos ya están buscando pretextos para justificar el estrepitoso fracaso que, al paso que van, los espera en diciembre.
Desgraciadamente, el fondo del asunto, cuya gravedad es mucho mayor de lo que se podría suponer si se lo atribuye sólo a los exabruptos de un dirigente alteño, pasa desapercibido para los muchos candidatos opositores. Es que más allá del desparpajo con que algunos individuos vierten sus amenazas, en los hechos hace ya mucho tiempo que en gran parte del territorio nacional está vigente un régimen de partido único.
Se ha llegado a ese punto por dos caminos. Uno de ellos es la eficiencia con que el MAS, a través de todas las organizaciones sociales que controla, ha logrado monopolizar la actividad política. El segundo es la absoluta y total ausencia de una organización de oposición capaz de hacer frente a ese avasallamiento.
Está ya tan consolidada en gran parte de territorio nacional la red de “control social” mediante la que se recurre a todo tipo de métodos coercitivos para coartar la libertad de acción política de quienes no se someten a los “pactos de unidad”, que el MAS ya no requiere amenazar. Ya los hechos son más contundentes que cualquier amenaza.
En ese contexto, la incontinencia verbal de algunos dirigentes, más que a una declaración de intenciones del oficialismo, puede ser atribuida a las pugnas internas que se producen en las filas de los “movimientos sociales” en pos de las candidaturas a diputados y senadores en las listas del MAS. Son pues sólo la manifestación más externa de algo más profundo.
Mucho más grave que la franqueza con que algunos dirigentes dan cuenta de lo que es ya una realidad, es la incapacidad de la oposición para hacer frente a ese avasallamiento con algo más que estériles quejas. No hay ni una sola organización capaz de intentar siquiera hacerse presente con casas de campaña, líderes intermedios ni candidatos en los territorios controlados por el MAS, y eso no es sólo por culpa del espíritu totalitario de los militantes del oficialismo. Es también, y sobre todo, consecuencia de la ceguera de una oposición que dispersa y dilapida sus esmirriadas fuerzas en vergonzosas pugnas personales.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Inadimisibles negociaciones secretas (II)

Ya que aquí no hay quién se haga cargo del asunto, tal vez podamos enterarnos a través de Alan García de los enjuagues que se hacen en nuestro nombre

Hace ya casi un mes, el 1 de agosto recién pasado, en este espacio editorial, bajo el título “Inadmisibles negociaciones secretas”, nos referimos a la incomprensible manera cómo el gobierno de Evo Morales decidió acelerar la aprobación de un acuerdo sobre las aguas del Silala con Chile. Afirmábamos que el caso daba suficientes motivos para sospechar que tras la aparente ingenuidad gubernamental, algo se estaba ocultando.
“Resulta tan sorprendente la tozudez con que la Cancillería se empeña en firmar un acuerdo con Chile, que no es posible comprenderla si sólo se recurre a los elementos de juicio disponibles. Sólo cabe suponer que la única explicación posible se encuentra en los documentos secretos suscritos con el gobierno de Michelle Bachelet. Unos acuerdos que el Gobierno se niega a hacer públicos y los oculta incluso a los parlamentarios de la bancada oficialista”, afirmábamos.
Más adelante, sosteníamos: “Hay suficientes motivos para temer que lo que se esconde tras las negociaciones con Chile es algo mucho más serio que lo relativo a las aguas del Silala. Se puede afirmar, por consiguiente, que lo que se está ocultando al país es todo un conjunto de acuerdos que bajo el rótulo de “top secret” están siendo negociados entre las cancillerías de ambos países”.
“…Es un secreto que el régimen masista está dispuesto a mantener a toda costa, lo que de ningún modo puede ni debe ser admitido por lo mucho que está en juego”, insistíamos.
Y al cuestionar la indolencia con que la mayor parte de las organizaciones cívicas y políticas del país dejaban pasar el asunto, sugeríamos que alguien tome la iniciativa para “exigir que se levante el secreto y que cualquier negociación se realice de cara al país”. “Y ya que no se puede contar con una oposición política capaz de asumir la tarea, tendrán que ser las organizaciones de la sociedad civil (…) las que eviten que el Gobierno se salga con la suya”, afirmábamos.
Con esos antecedentes, no podemos dejar de lamentar que haya tenido que ser un factor externo, en este caso las declaraciones del presidente de Perú, Alan García, el que sacuda la conciencia colectiva con suficiente fuerza para que al asunto se le dé la atención que merece. Vergüenza debiera darnos a todos los bolivianos, pero sobre todo a los que gobiernan y a los que tan inmerecidamente se disputan el papel de líderes de la oposición, que asuntos tan importantes tengan que ser ventilados en el exterior antes que entre nosotros.
Es de esperar, por eso, que Alan García tenga suerte en sus afanes por develar los acuerdos que tienen a Evo Morales tan condescendiente con su colega Bachelet. Tal vez así podamos, los bolivianos, enterarnos de los enjuagues que se hacen en nuestro nombre.

Inadimisibles negociaciones secretas (II)

Ya que aquí no hay quién se haga cargo del asunto, tal vez podamos enterarnos a través de Alan García de los enjuagues que se hacen en nuestro nombre

Hace ya casi un mes, el 1 de agosto recién pasado, en este espacio editorial, bajo el título “Inadmisibles negociaciones secretas”, nos referimos a la incomprensible manera cómo el gobierno de Evo Morales decidió acelerar la aprobación de un acuerdo sobre las aguas del Silala con Chile. Afirmábamos que el caso daba suficientes motivos para sospechar que tras la aparente ingenuidad gubernamental, algo se estaba ocultando.
“Resulta tan sorprendente la tozudez con que la Cancillería se empeña en firmar un acuerdo con Chile, que no es posible comprenderla si sólo se recurre a los elementos de juicio disponibles. Sólo cabe suponer que la única explicación posible se encuentra en los documentos secretos suscritos con el gobierno de Michelle Bachelet. Unos acuerdos que el Gobierno se niega a hacer públicos y los oculta incluso a los parlamentarios de la bancada oficialista”, afirmábamos.
Más adelante, sosteníamos: “Hay suficientes motivos para temer que lo que se esconde tras las negociaciones con Chile es algo mucho más serio que lo relativo a las aguas del Silala. Se puede afirmar, por consiguiente, que lo que se está ocultando al país es todo un conjunto de acuerdos que bajo el rótulo de “top secret” están siendo negociados entre las cancillerías de ambos países”.
“…Es un secreto que el régimen masista está dispuesto a mantener a toda costa, lo que de ningún modo puede ni debe ser admitido por lo mucho que está en juego”, insistíamos.
Y al cuestionar la indolencia con que la mayor parte de las organizaciones cívicas y políticas del país dejaban pasar el asunto, sugeríamos que alguien tome la iniciativa para “exigir que se levante el secreto y que cualquier negociación se realice de cara al país”. “Y ya que no se puede contar con una oposición política capaz de asumir la tarea, tendrán que ser las organizaciones de la sociedad civil (…) las que eviten que el Gobierno se salga con la suya”, afirmábamos.
Con esos antecedentes, no podemos dejar de lamentar que haya tenido que ser un factor externo, en este caso las declaraciones del presidente de Perú, Alan García, el que sacuda la conciencia colectiva con suficiente fuerza para que al asunto se le dé la atención que merece. Vergüenza debiera darnos a todos los bolivianos, pero sobre todo a los que gobiernan y a los que tan inmerecidamente se disputan el papel de líderes de la oposición, que asuntos tan importantes tengan que ser ventilados en el exterior antes que entre nosotros.
Es de esperar, por eso, que Alan García tenga suerte en sus afanes por develar los acuerdos que tienen a Evo Morales tan condescendiente con su colega Bachelet. Tal vez así podamos, los bolivianos, enterarnos de los enjuagues que se hacen en nuestro nombre.

martes, 25 de agosto de 2009

Lula y el bautismo de la "Policía Sindical"

La presencia de Lula da Silva fue aprovechada para elevar al rango de institución fundamental del Estado “Plurinacional” a la “Policía Sindical”

Abundantes y de lo más diversas han sido las repercusiones que en el escenario político nacional ha tenido la reciente visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Y como en muchos otros casos, los aspectos menos relevantes del asunto son los que más atención han merecido.
El franco y abierto respaldo de Lula al gobierno de Evo Morales, y no muy indirectamente a su candidatura de cara a las elecciones de diciembre, ha sido el aspecto más destacado en lo que a efectos políticos se refiere. Se trata de un espaldarazo que sin duda ha dejado pálidos de envidia y susto a los candidatos opositores.

En lo económico, las muchas dudas que ya existen sobre la transparencia con que se realizó el contrato para la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos opacaron lo que para muchos es una dádiva brasileña que se debe recibir de rodillas y sin chistar.

Sin embargo, la aparente generosidad brasileña fue suficiente para que pasen poco menos que desapercibidos los enormes montos que Petrobras debe a Bolivia por diversos conceptos. El gas que no compró, pero que pese a ello debió pagar por estar vigente la cláusula “take or pay”, por ejemplo, implica una deuda de más de 400 millones de dólares. Un monto apenas menor, calculado en más de 300 millones de dólares, es el que adeuda por los licuables que llegan a Brasil mezclados con el gas.

En suma, alrededor de 700 millones que Brasil debe a Bolivia fueron opacados por un muy sospechoso crédito que apenas llega a la mitad de esa cifra. Crédito que además de no ser nada blando, llega condicionado a múltiples arreglos entre empresarios brasileños y funcionarios bolivianos, lo que, como ya ha sido ampliamente denunciado, da lugar a muy graves sospechas de corrupción.

Sin embargo, y pese a lo importantes que son los aspectos señalados, hay uno que probablemente sea el que más honda huella deje en el futuro nacional. Se trata de la elevación a rango de institución fundamental del Estado “Plurinacional” de la “Policía Sindical”, la que al haber sido puesta en igualdad de condiciones que las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y la Guardia Federal de Brasil, recibió un bautismo que le da, ante la indiferencia general, una temible legitimidad.

Teniendo como testigo nada menos que al Presidente de Brasil, la “Policía Sindical” designó a su flamante “comandante”, quien al recibir tan alto cargo dijo que se trataba de un “momento histórico para las organizaciones sociales porque se consolidó el trabajo de las tareas de seguridad a las bases originarias en la organización de eventos locales, nacionales e internacionales”. Y no exageró en absoluto pues, en efecto, no todos los días, y no en cualquier país, se da carácter de oficial a una “Policía Sindical”.

Ahora, sólo cabe esperar que en otras regiones “autónomas” del país, en otras de las “republiquetas” que en los hechos ya existen, se sigan los mismos pasos.

Lula y el bautismo de la "Policía Sindical"

La presencia de Lula da Silva fue aprovechada para elevar al rango de institución fundamental del Estado “Plurinacional” a la “Policía Sindical”

Abundantes y de lo más diversas han sido las repercusiones que en el escenario político nacional ha tenido la reciente visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Y como en muchos otros casos, los aspectos menos relevantes del asunto son los que más atención han merecido.
El franco y abierto respaldo de Lula al gobierno de Evo Morales, y no muy indirectamente a su candidatura de cara a las elecciones de diciembre, ha sido el aspecto más destacado en lo que a efectos políticos se refiere. Se trata de un espaldarazo que sin duda ha dejado pálidos de envidia y susto a los candidatos opositores.
En lo económico, las muchas dudas que ya existen sobre la transparencia con que se realizó el contrato para la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos opacaron lo que para muchos es una dádiva brasileña que se debe recibir de rodillas y sin chistar.
Sin embargo, la aparente generosidad brasileña fue suficiente para que pasen poco menos que desapercibidos los enormes montos que Petrobras debe a Bolivia por diversos conceptos. El gas que no compró, pero que pese a ello debió pagar por estar vigente la cláusula “take or pay”, por ejemplo, implica una deuda de más de 400 millones de dólares. Un monto apenas menor, calculado en más de 300 millones de dólares, es el que adeuda por los licuables que llegan a Brasil mezclados con el gas.
En suma, alrededor de 700 millones que Brasil debe a Bolivia fueron opacados por un muy sospechoso crédito que apenas llega a la mitad de esa cifra. Crédito que además de no ser nada blando, llega condicionado a múltiples arreglos entre empresarios brasileños y funcionarios bolivianos, lo que, como ya ha sido ampliamente denunciado, da lugar a muy graves sospechas de corrupción.
Sin embargo, y pese a lo importantes que son los aspectos señalados, hay uno que probablemente sea el que más honda huella deje en el futuro nacional. Se trata de la elevación a rango de institución fundamental del Estado “Plurinacional” de la “Policía Sindical”, la que al haber sido puesta en igualdad de condiciones que las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y la Guardia Federal de Brasil, recibió un bautismo que le da, ante la indiferencia general, una temible legitimidad.
Teniendo como testigo nada menos que al Presidente de Brasil, la “Policía Sindical” designó a su flamante “comandante”, quien al recibir tan alto cargo dijo que se trataba de un “momento histórico para las organizaciones sociales porque se consolidó el trabajo de las tareas de seguridad a las bases originarias en la organización de eventos locales, nacionales e internacionales”. Y no exageró en absoluto pues, en efecto, no todos los días, y no en cualquier país, se da carácter de oficial a una “Policía Sindical”.
Ahora, sólo cabe esperar que en otras regiones “autónomas” del país, en otras de las “republiquetas” que en los hechos ya existen, se sigan los mismos pasos.

Bloque alternativo (Jimena Costa)

Esta semana empiezan a hacerse públicos los avances del proceso de formación de un bloque opositor que busca constituirse en una alternativa en este complejo escenario rumbo a las elecciones del 6 de diciembre. Como suele ser un proceso político en el que actúan muchas fuerzas, es un proceso por demás complejo que no viene de algunas reuniones, ni éstas han sido ni son secretas, que requiere de largas horas de conversaciones y discusiones y que acaba logrando acuerdos mínimos, pero que gradualmente avanzan.

Escuché múltiples especulaciones al respecto, y parece sano hacer una breve explicación.

El objetivo de formar un frente único parecía imposible desde un inicio y esto ya se ha probado en la realidad. No todos quieren entrar y por supuesto no todos deben estar dentro, no es una bolsa común sino una estrategia política de fortalecimiento bajo lógica democrática, que implica pues la presencia de disensos en un ambiente de diversas organizaciones, fuerzas políticas y aun de intereses.

La meta fue y sigue siendo lograr un bloque que no sea sólo un binomio de unidad sino una alternativa que ofrecerle al país para continuar el cambio hacia la construcción de un Estado permanente autonómico e incluyente. Por tanto había que pensar y actuar bajo nuevas formas de hacer política y es ahí donde se presenta el bloque como portador de un cambio.

La primera fase fue la de lograr pensar el proceso a partir de las regiones, dado que el sistema de partidos aún no ha superado su crisis. La crisis política nos marca el rumbo, debe actuarse a partir de la realidad existente y no de las construcciones imaginarias de la realidad. Hoy las bancadas opositoras casi no existen, pero existen las brigadas, hoy los partidos no cuentan con liderazgos propios que ofrecerle al país —con pocas excepciones— y las organizaciones políticas más fuertes se conforman de una mezcla de partidos, actores prefecturales, organizaciones cívicas y ciudadanas en los departamentos. Es allí donde se inició el proceso.

Las fuerzas políticas opositoras empezaron a organizarse a partir de los departamentos, a diferente ritmo y de distinto modo.

Estas coaliciones departamentales empiezan a pronunciarse y a tomar decisiones, recién entonces entran los candidatos, que por supuesto avanzaron en la construcción de sus propuestas en los departamentos. Ya existe un bloque, con algunos departamentos completamente articulados, otros por terminar el proceso, otros en proceso, con algunos de los candidatos en carrera, con la incorporación de las diversas fuerzas y actores políticos que no están en carrera, y con la voluntad de lograr resultados con el consenso de los nueve departamentos, en un momento de regionalización de la política donde ningún candidato tiene fuerza nacional pero algunos de ellos tienen una base territorial de respaldo. La primera decisión es formar el bloque. La segunda decisión es que serán los bloques departamentales articulados los que preparen las listas de candidatos con sus mejores hombres y mujeres. La tercera decisión es que el binomio será de consenso y los demás candidatos se mantendrán en el bloque aunque no sean elegidos, todos trabajando por la misma causa.

El proceso continúa, sigue siendo una tarea compleja, pero para abrigar la esperanza de muchos ciudadanos ya existe el tan mentado bloque de oposición democrática con el propósito de constituirse en la alternativa.

Fuente: Los Tiempos

lunes, 24 de agosto de 2009

Los cambios climáticos

Los cada vez más extremos fenómenos naturales están demostrando, sin embargo, que el interés económico es insubordinable al interés ecológico. De por medio está el futuro de las nuevas generaciones y la vida misma en el planeta.

Las temperaturas extremas y los desastres naturales que vive actualmente todo el hemisferio han causado sorpresa y preocupación. El cambio climático global ha hecho que, por ejemplo, regiones que se caracterizaron durante siglos por la cantidad acumulada de nieve registren hoy temperaturas primaverales; o que, los huracanes tengan una cada vez más inusual potencia e intensidad.

Desde el 2006, que fue considerado el año más caluroso en promedio desde que se tiene registro de las temperaturas mundiales, al menos desde el siglo XIX, la tendencia al progresivo incremento de las temperaturas no ha cambiado.

La misma naturaleza ha comenzado a sentir los efectos del fenómeno climático. Osos que no duermen durante el invierno, aves migratorias que no migran más y árboles que florecen en plena estación fría. La lista de desajustes es innumerable y el cambio climático un hecho evidente hasta para los escépticos, que durante años dudaron de la preocupación de científicos y ambientalistas.

Si bien para algunos habitantes nórdicos, las temperaturas suaves les ahorran la dureza del invierno, el fenómeno podría traer consecuencias impensables para los ciclos de la naturaleza que podrían desembocar, incluso a escala planetaria, en la extinción de cientos de especies animales y vegetales. Con ello, se podría ver afectada incluso la misma agricultura, actividad elemental para la sobrevivencia física de la humanidad.

Todas estas preocupaciones, que se originan a partir de un cambio evidente en el clima, apuntan a un responsable principal: la actividad humana, con procesos a escala mundial de transformación de recursos naturales y consumo de energías fósiles que emiten a la atmósfera gases como el dióxido de carbono, unos de los principales desencadenantes del efecto invernadero.

La degradación del sistema medioambiental se hace evidente y esto ha conducido a que algunos líderes mundiales comiencen a demandar un compromiso político para combatir al recalentamiento global. La reducción de emisión de gases de efecto invernadero, la compensación monetaria a países menos contaminantes, la preservación de bosques y la venta de bonos oxígeno, son algunos de los mecanismos propuestos para ralentizar la velocidad del fenómeno, que sólo será revertido cuando las emisiones de gases no sobrepasen a la capacidad de la tierra de absorber ese alto impacto.Sin embargo, hasta ahora las naciones con mayor responsabilidad en el fenómeno -solo Estados Unidos emite a la atmósfera el 25 por ciento del dióxido de carbono del mundo, a modo de ejemplo-- se resisten a firmar acuerdos internacionales para combatir el recalentamiento global, debido al temor que su crecimiento económico pueda resentirse.

Los cada vez más extremos fenómenos naturales están demostrando, sin embargo, que el interés económico es insubordinable al interés ecológico. De por medio está el futuro de las nuevas generaciones y la vida misma en el planeta.

Los cambios climáticos

Los cada vez más extremos fenómenos naturales están demostrando, sin embargo, que el interés económico es insubordinable al interés ecológico. De por medio está el futuro de las nuevas generaciones y la vida misma en el planeta.

Las temperaturas extremas y los desastres naturales que vive actualmente todo el hemisferio han causado sorpresa y preocupación. El cambio climático global ha hecho que, por ejemplo, regiones que se caracterizaron durante siglos por la cantidad acumulada de nieve registren hoy temperaturas primaverales; o que, los huracanes tengan una cada vez más inusual potencia e intensidad.
Desde el 2006, que fue considerado el año más caluroso en promedio desde que se tiene registro de las temperaturas mundiales, al menos desde el siglo XIX, la tendencia al progresivo incremento de las temperaturas no ha cambiado.
La misma naturaleza ha comenzado a sentir los efectos del fenómeno climático. Osos que no duermen durante el invierno, aves migratorias que no migran más y árboles que florecen en plena estación fría. La lista de desajustes es innumerable y el cambio climático un hecho evidente hasta para los escépticos, que durante años dudaron de la preocupación de científicos y ambientalistas.
Si bien para algunos habitantes nórdicos, las temperaturas suaves les ahorran la dureza del invierno, el fenómeno podría traer consecuencias impensables para los ciclos de la naturaleza que podrían desembocar, incluso a escala planetaria, en la extinción de cientos de especies animales y vegetales. Con ello, se podría ver afectada incluso la misma agricultura, actividad elemental para la sobrevivencia física de la humanidad.
Todas estas preocupaciones, que se originan a partir de un cambio evidente en el clima, apuntan a un responsable principal: la actividad humana, con procesos a escala mundial de transformación de recursos naturales y consumo de energías fósiles que emiten a la atmósfera gases como el dióxido de carbono, unos de los principales desencadenantes del efecto invernadero.
La degradación del sistema medioambiental se hace evidente y esto ha conducido a que algunos líderes mundiales comiencen a demandar un compromiso político para combatir al recalentamiento global. La reducción de emisión de gases de efecto invernadero, la compensación monetaria a países menos contaminantes, la preservación de bosques y la venta de bonos oxígeno, son algunos de los mecanismos propuestos para ralentizar la velocidad del fenómeno, que sólo será revertido cuando las emisiones de gases no sobrepasen a la capacidad de la tierra de absorber ese alto impacto.Sin embargo, hasta ahora las naciones con mayor responsabilidad en el fenómeno -solo Estados Unidos emite a la atmósfera el 25 por ciento del dióxido de carbono del mundo, a modo de ejemplo-- se resisten a firmar acuerdos internacionales para combatir el recalentamiento global, debido al temor que su crecimiento económico pueda resentirse.
Los cada vez más extremos fenómenos naturales están demostrando, sin embargo, que el interés económico es insubordinable al interés ecológico. De por medio está el futuro de las nuevas generaciones y la vida misma en el planeta.

domingo, 23 de agosto de 2009

Los tejemanejes históricos y técnicos del Silala

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La vocación suicida de la oposición

Como “patético” ha sido calificado por el Vicepresidente del país el espectáculo que dan los opositores, y no le falta razón

Una semana más ha transcurrido, y cuando ya sólo quedan dos para que se cumpla el plazo fijado por el cronograma electoral para que se inscriban las fórmulas que participarán en las próximas elecciones generales, el escenario político va tomando una forma que complace tanto al oficialismo como angustia a los sectores de la ciudanía que en vano esperan la aparición de una fórmula seria de oposición.
Varias candidaturas ya están en plena campaña. De ellas, la oficialista, cuyo binomio ya está plenamente definido y ahora concentrada en la selección de sus candidatos a diputados y senadores es, con mucho, la que más se ha adelantado en el camino que conduce a las urnas.
En el frente opositor, en cambio, no aparece algo que esté a la altura del rival. Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina han decidido reincidir en su apuesta individualista, como en diciembre de 2005, y no dan ninguna muestra de haber aprendido algo de los fracasos de los que fueron protagonistas durante los últimos años. Por lo que hasta ahora han mostrado, se diría que no aspiran a encabezar un proyecto político alternativo al del MAS sino a algún viceministerio del nuevo “Estado Plurinacional”.
Algo similar puede decirse de Manfred Reyes Villa, quien a diferencia de Quiroga y Doria Medina ni sigla política que lo respalde tiene, y mucho menos una organización, pero sigue depositando todas sus esperanzas en que su experiencia a la cabeza del municipio de Cochabamba le sirva como suficiente credencial. Tampoco se presenta como postulante a encabezar un proyecto político serio. Por la forma y fondo de sus propuestas, más bien parece candidato a Alcalde de Bolivia.
El MNR, por su parte, el único partido que logró sobrevivir a la debacle del sistema político, no logra salir del estado vegetativo en el que lo sumieron los traumas del pasado y sus pugnas internas. Dejó pasar los años sin renovarse, sin cultivar nuevos liderazgos y tal como el 2005, se aferra a la esperanza de que un candidato prestado prolongue su agonía o que su participación sea admitida en un bloque amplio que lo tolere como aliado.
Finalmente, la quinta opción opositora, la que más expectativas despertó alrededor de la propuesta de articular un bloque amplio que aglutine a las corrientes de oposición regionales, a los líderes y movimientos ciudadanos que en los hechos fueron los que más batalla dieron durante los últimos años al proyecto hegemónico del MAS, tampoco acaba de cuajar. Son muchos los cabos sueltos con los que pretende tejer una red, pero no halla el hilo conductor, ni el líder, ni la sustancia ideológica y programática que haga de elemento aglutinador.
Como “patético” ha sido calificado por el Vicepresidente del país el espectáculo que dan los opositores, y no le falta razón. Quedan, sin embargo, dos semanas cruciales durante las que habrá que ver si el instinto de sobrevivencia se impone a la vocación suicida.

La vocación suicida de la oposición

Como “patético” ha sido calificado por el Vicepresidente del país el espectáculo que dan los opositores, y no le falta razón

Una semana más ha transcurrido, y cuando ya sólo quedan dos para que se cumpla el plazo fijado por el cronograma electoral para que se inscriban las fórmulas que participarán en las próximas elecciones generales, el escenario político va tomando una forma que complace tanto al oficialismo como angustia a los sectores de la ciudanía que en vano esperan la aparición de una fórmula seria de oposición.
Varias candidaturas ya están en plena campaña. De ellas, la oficialista, cuyo binomio ya está plenamente definido y ahora concentrada en la selección de sus candidatos a diputados y senadores es, con mucho, la que más se ha adelantado en el camino que conduce a las urnas.
En el frente opositor, en cambio, no aparece algo que esté a la altura del rival. Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina han decidido reincidir en su apuesta individualista, como en diciembre de 2005, y no dan ninguna muestra de haber aprendido algo de los fracasos de los que fueron protagonistas durante los últimos años. Por lo que hasta ahora han mostrado, se diría que no aspiran a encabezar un proyecto político alternativo al del MAS sino a algún viceministerio del nuevo “Estado Plurinacional”.
Algo similar puede decirse de Manfred Reyes Villa, quien a diferencia de Quiroga y Doria Medina ni sigla política que lo respalde tiene, y mucho menos una organización, pero sigue depositando todas sus esperanzas en que su experiencia a la cabeza del municipio de Cochabamba le sirva como suficiente credencial. Tampoco se presenta como postulante a encabezar un proyecto político serio. Por la forma y fondo de sus propuestas, más bien parece candidato a Alcalde de Bolivia.
El MNR, por su parte, el único partido que logró sobrevivir a la debacle del sistema político, no logra salir del estado vegetativo en el que lo sumieron los traumas del pasado y sus pugnas internas. Dejó pasar los años sin renovarse, sin cultivar nuevos liderazgos y tal como el 2005, se aferra a la esperanza de que un candidato prestado prolongue su agonía o que su participación sea admitida en un bloque amplio que lo tolere como aliado.
Finalmente, la quinta opción opositora, la que más expectativas despertó alrededor de la propuesta de articular un bloque amplio que aglutine a las corrientes de oposición regionales, a los líderes y movimientos ciudadanos que en los hechos fueron los que más batalla dieron durante los últimos años al proyecto hegemónico del MAS, tampoco acaba de cuajar. Son muchos los cabos sueltos con los que pretende tejer una red, pero no halla el hilo conductor, ni el líder, ni la sustancia ideológica y programática que haga de elemento aglutinador.
Como “patético” ha sido calificado por el Vicepresidente del país el espectáculo que dan los opositores, y no le falta razón. Quedan, sin embargo, dos semanas cruciales durante las que habrá que ver si el instinto de sobrevivencia se impone a la vocación suicida.
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