miércoles, 28 de octubre de 2009

Tiempo de campaña electoral (Alcides Parejas Moreno)

Siempre he tenido una especial atracción por el mundo del circo. Cuando era niño quedé fascinado cuando vi. la película “El espectáculo más grande del mundo”, en el que se presentaba un circo con tres pistas! ¡No podía creer que existiera tal cosa! A partir de ese momento uno de mis sueños era ver un circo en el que simultáneamente pudiera asistir a tres funciones diferentes! Cuando empezó el período electoral volví a pensar en mi sueño circense y una vez más se me hizo realidad.

Los períodos electorales son realmente especiales, pero fundamentalmente estresantes; son mágicos porque son espacios en los que se desnudan todas las miserias y maldades del ser humano. De pronto pareciera que el país se convierte en una enorme carpa de circo, pero no de tres sino de cinco, diez pistas en las que se va sucediendo la tragicomedia electoral. Los espectadores, que somos todos los ciudadanos y ciudadanas que estamos obligados a ser tales, lo primero que sentimos es que el tiempo se acelera considerablemente. A este aceleramiento contribuyen los medios de comunicación social (periódicos, radios, televisión), pues permanentemente nos están recordando, dramáticamente, la cantidad de días que faltan para llegar al domingo 6 de diciembre.

Me propongo en esta columna, y hasta que llegue el día señalado, hacer algunos comentarios de lo que ha ido ocurriendo en las diferentes pistas de nuestro enorme circo. Algo que es una constante en todas las pistas es la campaña mediática; es una constante, pero totalmente desigual. Sólo una de las pistas recibe toda la luz de los reflectores; las otras pistas quedan en penumbras o simplemente se vuelven invisibles. La campaña mediática del MAS opaca a todas las demás y no sólo por la cantidad de veces que los spots son pasados por todos los canales de televisión o los jingles en las radios, sino por su calidad tanto técnica como de concepción. Además, se trata de una campaña absolutamente desigual, pues por primera vez en la historia de nuestro país un presidente en ejercicio es al mismo tiempo candidato. Lo malo de esta cuestión no es el hecho en sí mismo, sino el no respetar las reglas del juego y convertir la campaña en un acto perverso en el que los espectadores nunca sabemos cuándo se presenta el presidente y cuándo el candidato. Para echarle más leña al fuego, resulta que las campañas mediáticas de los otros candidatos son tan pobres de contenido y con tan poca llegada que es como si fueran invisibles.

Durante esta semana creo que lo más destacable ha sido el asunto del narcotráfico. Creo que es un tema fundamental como para que se lo convierta en un simple hecho de propaganda electoral. Los datos que se han manejado estos días sobre el aumento de hectáreas dedicadas al cultivo de coca, la cantidad de droga incautada y el escalofriante aumento del consumo en el país lleva necesariamente a pensar que estamos convirtiéndonos en un Estado narco. Me pregunto: si es un tema tan importante, cómo es que los partidos opositores no dirigen una buena parte de su artillería mediática contra este flagelo? Los espectadores estamos cansados de las explicaciones oficiales de que el Estado es eficiente porque incautan cientos de toneladas de droga, y nos preguntamos, ¿por qué no usa esa eficiencia en reducir la coca excedentaria en vez de fomentarla? No es verdad como tan suelto de cuerpo afirma del señor García Linera que en tiempos de Bánzer había mayor cantidad de coca.

Mientras que el tema droga pareciera que no le molesta mucho al gobierno del MAS, pareciera que el caso Rosza lo está enredando cada vez más y eso lo está poniendo nervioso. El hecho deque dos países europeos se hubieran metido en el baile complica enormemente el panorama, pues puede tener consecuencias insospechadas. Además, frecuentemente aparecen nuevas evidencias que echan por tierra todo el montaje que hizo el gobierno en torno al tema. Las declaraciones del fiscal Sosa son cada vez más confusas y contradictorias; no me extrañaría que en poco tiempo se convirtiera en un elemento no deseado y desaparezca de la pista escénica.

Ya esta semana fue la hora de los payasos en la pista central. Los payasos llegaron haciendo tal barullo que todos los medios de comunicación –de manera especial la televisión—les han dado una cobertura inusitada. (he preguntado a algunos medios el porqué de esta actitud, pero las respuestas son tan confusas y contradictorias como las del fiscal Sosa). Los payasos que hasta hace poco tenían en su libreto hacer escarnio de Evo Morales y su gobierno (con cancioncita incluida), ahora –después de una súbita y dramática conversión como la de los grandes santos de la historia—se han pasado a los “dueños del cambio”.

Y así estamos, a cada vez menos días del 6 de diciembre!