lunes, 7 de septiembre de 2009

El mutis por el foro (Jimena Costa)

Esta semana empiezan a hacerse públicos los avances del proceso de formación de un bloque opositor que busca constituirse en una alternativa en este complejo escenario rumbo a las elecciones del 6 de diciembre. Como suele ser un proceso político en el que actúan muchas fuerzas, es un proceso por demás complejo que no viene de algunas reuniones, ni éstas han sido ni son secretas, que requiere de largas horas de conversaciones y discusiones y que acaba logrando acuerdos mínimos, pero que gradualmente avanzan.

Escuché múltiples especulaciones al respecto, y parece sano hacer una breve explicación.

El objetivo de formar un frente único parecía imposible desde un inicio y esto ya se ha probado en la realidad. No todos quieren entrar y por supuesto no todos deben estar dentro, no es una bolsa común sino una estrategia política de fortalecimiento bajo lógica democrática, que implica pues la presencia de disensos en un ambiente de diversas organizaciones, fuerzas políticas y aun de intereses.

La meta fue y sigue siendo lograr un bloque que no sea sólo un binomio de unidad sino una alternativa que ofrecerle al país para continuar el cambio hacia la construcción de un Estado permanente autonómico e incluyente. Por tanto había que pensar y actuar bajo nuevas formas de hacer política y es ahí donde se presenta el bloque como portador de un cambio.

La primera fase fue la de lograr pensar el proceso a partir de las regiones, dado que el sistema de partidos aún no ha superado su crisis. La crisis política nos marca el rumbo, debe actuarse a partir de la realidad existente y no de las construcciones imaginarias de la realidad. Hoy las bancadas opositoras casi no existen, pero existen las brigadas, hoy los partidos no cuentan con liderazgos propios que ofrecerle al país —con pocas excepciones— y las organizaciones políticas más fuertes se conforman de una mezcla de partidos, actores prefecturales, organizaciones cívicas y ciudadanas en los departamentos. Es allí donde se inició el proceso.

Las fuerzas políticas opositoras empezaron a organizarse a partir de los departamentos, a diferente ritmo y de distinto modo.

Estas coaliciones departamentales empiezan a pronunciarse y a tomar decisiones, recién entonces entran los candidatos, que por supuesto avanzaron en la construcción de sus propuestas en los departamentos. Ya existe un bloque, con algunos departamentos completamente articulados, otros por terminar el proceso, otros en proceso, con algunos de los candidatos en carrera, con la incorporación de las diversas fuerzas y actores políticos que no están en carrera, y con la voluntad de lograr resultados con el consenso de los nueve departamentos, en un momento de regionalización de la política donde ningún candidato tiene fuerza nacional pero algunos de ellos tienen una base territorial de respaldo. La primera decisión es formar el bloque. La segunda decisión es que serán los bloques departamentales articulados los que preparen las listas de candidatos con sus mejores hombres y mujeres. La tercera decisión es que el binomio será de consenso y los demás candidatos se mantendrán en el bloque aunque no sean elegidos, todos trabajando por la misma causa.

El proceso continúa, sigue siendo una tarea compleja, pero para abrigar la esperanza de muchos ciudadanos ya existe el tan mentado bloque de oposición democrática con el propósito de constituirse en la alternativa.

Jimena Costa

Analista

Fuente: Los Tiempos