lunes, 7 de septiembre de 2009

Gas, e nada mais

Gary Antonio Rodríguez A.*

reciente visita del Presidente del Brasil a Bolivia tuvo mucho de política y poco de economía, además que ofreció menos que otras veces, v.gr., cuando en su venida de 2004 comprometió 600 millones de dólares del BNDES para integración física y un “Programa de Sustitución Competitiva de Importaciones” por el que debimos venderle como locos, si bien la “Macro-Rueda de Negocios Sudamericana” realizada en Sao Paulo dio cuenta que sólo fue una ilusión.
En agosto de 2009, Lula da Silva vino y dijo lo mismo —“Brasil quiere más productos bolivianos”— pero con otra connotación: comprar textiles por un “cupo” de 21 millones de dólares ante la caída del ATPDEA. Buena la intención —mala la forma— porque esta “apertura” no es un favor ya que el Acuerdo de Complementación Económica Nº 36 (ACE 36) concede a Bolivia desde 1997 el derecho de vender al Brasil sin arancel muchas de las confecciones “reofrecidas” hoy, y porque “el problema” no es el arancel, sino las trabas no arancelarias y paraarancelarias que aplica aquel país.
Además ¿por qué se nos pone un cupo? ¿Impone Bolivia algún tope al Brasil? ¿Por qué no se levantan los obstáculos que el mismísimo Presidente brasileño viene reconociendo desde 2007? Flaco favor también para la industria textil que elabora sus prendas con algodón boliviano, hilo boliviano y tela boliviana, sin poder vender al Brasil por las trabas existentes y ahora… ¿tendrá que competir contra prendas hechas con telas chinas e indias, como aceptó Brasil?
Por cierto, ¿no suena injusto que tan vigoroso país aproveche sin problemas nuestro mercado, sin que haya reciprocidad con el suyo? Según datos del INE, Brasil pasó de exportarnos 124 millones de dólares en 1986, a 920 millones en 2008 por más de 3.000 productos con alto valor agregado como tractores, cosechadoras, autos, topadoras, cargadoras, etc., sin contar el contrabando.
¿Cuánto de valor agregado exportamos al Brasil? Juzgue Ud.: “desgasificando” la relación comercial que nada tiene que ver con el ACE 36, vemos que Bolivia vendía al Brasil 26 millones de dólares en 1986 y si bien el año pasado fueron 3.023 millones —sin los hidrocarburos y minerales— fueron apenas 55 millones de los que un solo bien —el frejol— significó 28 millones. Así, luego de 22 años le compramos siete veces más, pero le vendemos lo mismo gracias. El proteccionismo hizo que Brasil sea para Bolivia “sólo gas y nada más”.
Para terminar, dos anécdotas: Brasil ya hizo gala en los 80 de una “apertura unilateral” para que Bolivia le venda con “arancel cero” muchos productos, algunos tan sugestivos como asnos de pedigree, mulos, perros, nutrias, abejas-reinas y hasta ¡“pescados muertos”! Curiosamente el mecanismo era la Nómina de Apertura de Mercados, el mismo por el que hoy el país tropical nos da un “cupo” para venderle vestimenta ¡mejor si es de lana o de pelos finos!
**Gary A. Rodríguez A.es economista y gerente general del IBCE.