domingo, 27 de septiembre de 2009

Juanes en Cuba: la victoria del arte sobre la historia (Carlos Aliaga Uria)

Cuba –plaza de la revolución– años atrás. Fidel congregaría como un millón en ésta –solo para escucharlo, representando, capitalizando, el espíritu histórico, que por sus fines sin límites, creó la dictadura para construir un socialismo sin libertades, y pues uno caduco para la mente, que “… no hay más grande esclavo que aquel que no piensa por sí mismo”.

Plaza de la revolución –el pasado domingo. En contraste a Fidel, el rockero y pues artista, Juanes, congregaría allí, a más de un millón, expresando, capitalizando, no solo para Cuba sino también para el mundo, un mensaje de paz, confraternidad, humanidad, y especialmente de: libertad.

Los afectos a la historia aquí y allá, vanamente tratan, tal vez con las mejores intenciones, de construir el socialismo. En gran contraste, los adeptos al gran arte allá y aquí, funcional y estéticamente, no tratan de construir el socialismo sino más bien tratan de liberar el bien común.

Los adeptos a la historia, usan a las masas, pisoteando los derechos y obligaciones civiles e individuales, para darnos lo injusto del socialismo –porque el socialismo, al en su esencia buscar la igualdad, conlleva a una sociedad injusta, porque la igualdad es injusta, ya que las necesidades y habilidades de uno son diferentes a las de otro (Marx era muy conciente de esto pero no así los marxistas y pues los seguidores de aquel que nunca se consideró marxista).

En contraste, los afines al gran arte, no se basan en las masas, sino en el individuo (que por ende es un ser social al menos si está con vida). Y así, el gran artista, no promueve lo injusto de la igualdad, sino más bien nos conduce a la justicia, entendiendo que ésta se funda en reconocer, no sólo las necesidades y habilidades que cada individuo (y no así el Estado) determina para y por si mismo, sino también promueve la liberación de éstos, que se da con el respeto a las diferencias entre cada individuo, que implica reconocer, no solo nuestras aspiraciones sino especialmente nuestros límites.

Fidel ya –y muy bien– hace mucho tiempo lo dijo: “mi vida privada no es pública”. Empero, ¿será así incluso para él en el Estado que dictatorialmente lo creó, donde, por el socialismo, la inteligencia estatal y militar no respetan la privacidad de ningún individuo en Cuba?

En contraste, sólo en el gran arte es que se cumple aquello de que, “mi vida privada no es pública”, porque sólo el gran artista, no impone su voluntad sobre otros, como lo trata de hacer un Estado político, especialmente aquel en el que se viola la carta magna, que implica la separación de poderes, o la trascendencia positiva de un Estado feudal o neo-feudal, donde el rey, caudillo, dictador, o jefazo, organiza a la multitud, para promover su arbitrario y abusivo, y pues opresivamente centralista poder.

En suma, Juanes, el gran artista, en Cuba el pasado domingo 20 del presente, logró lo que nunca pudo lograr Fidel (o la encarnación más reciente del espíritu histórico): congregar a más de un millón, no para aburrir a millones (sometidos a la distracción de tener que escuchar al rey Fidel darle y darle, por horas de horas, sobre lo histórico de la ahora histérica revolución socialista, que machaca la fragilidad del individuo), sino más bien para deleitar y re-crear, liberando en sus corazones y mentes –aunque sea por un día–, los sentimientos y pensamientos, el delirio y la ilusión de: paz, confraternidad y estético amor humanos.

Así, en Cuba este pasado domingo y para ejemplo y re-creación del mundo, se dio la anhelada victoria de ti, oh gran arte, sobre, oh tú, nefasta historia –salud, cheers, l´chaim, hermanas y hermanos artistas, que como Prometeo, utilizasteis vuestro fuego convertido esta vez en talento musical, para dar a nuestros corazones y mentes, la llama y el agua de, oh tú: libertad, o la base de la verdadera creación, confraternidad, sociedad y paz humanas –en la tierra y, por qué no, el resto del cosmos….
==============
(www.myspace.com/aliaga7)