miércoles, 23 de septiembre de 2009

Enésima decepción en la lucha contra el cambio climático


Pese a que todo son buenas intenciones, los dos grandes contaminadores del planeta, EE. UU. y China, siguen sin adoptar compromisos para reducir sus emisiones de CO2.


Los líderes mundiales han firmado este martes una nueva frustración en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático celebrada ayer en Nueva York.

Los dos grandes contaminadores del planeta, EE. UU. y China, ha reconocido que la situación es muy grave y que hay que hacer algo, pero como en anteriores ocasiones, no han adoptado ningún compromiso para reducir sus emisiones de CO2.

Por lo demás, la Conferencia ha reflejado hoy las profundas diferencias que separan a los países ricos, que plantean metas ambiciosas de reducción de gases contaminantes, y los emergentes, que les reclaman que asuman financieramente su deuda histórica de daño a la naturaleza.

Esta conferencia no negociadora en la que han participado un centenar de países pretende un acercamiento con vistas a la Cumbre de Copenhague de diciembre próximo cuyo objetivo es un nuevo acuerdo mundial sobre reducción de gases contaminantes que sustituya al Protocolo de Kioto, que expira en 2012.

Frente a lo que toda la comunidad internacional considera una emergencia ambiental, las propuestas presentadas por los presidentes de Francia y Bolivia, Nicolas Sarkozy y Evo Morales respectivamente, han sido un buen ejemplo de los distintos enfoques.

Sarkozy ha reclamado la creación de una Organización Mundial del Medio Ambiente para desarrollar un derecho internacional en la materia, tan respetado, ha dicho, como el del comercio.

Sin embargo, Morales ha propuesto un Tribunal de Justicia para delitos medioambientales que investigue a gobiernos y empresas que contaminaron el medio ambiente.

El apoyo económico y tecnológico a las naciones en desarrollo para reducir los gases contaminantes es el principal obstáculo de las negociaciones previas a la Cumbre de Copenhague.

China, la India -dos de los países que más contaminan- y Brasil lideran el grupo de emergentes que quieren mayores compromisos con fondos públicos de las naciones ricas para ayudarles a reducir sus emisiones y combatir los efectos del cambio climático.

Temen que si prevalecen los intereses de los países más ricos o metas demasiado ambiciosas en la reducción de emisiones puedan frenar su propio crecimiento económico.

El presidente de China, Hu Jintao, ha afirmado que no reducirán las emisiones de CO2 hasta 2020, mientras que su homólogo estadounidense, Barack Obama, ha pedido compromiso a las naciones en desarrollo, aunque sin comprometerse él a reducir sus emisiones.

Brasil, que no ha intervenido en la sesión plenaria, quiere asumir protagonismo como puente entre los países avanzados y los que están en vías de desarrollo y negocia una posición conjunta del grupo Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas) para la reunión de Copenhague.

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