sábado, 26 de septiembre de 2009

El lelo de Lula ante el Irán nuclear (Carlos Aliaga Uria)

CARLOS ALIAGA URIA


Mi respeto y hasta admiración de años a Lula Da Silva se acabó el 25 de septiembre pasado al saber que, día antes, ante la pregunta acerca de “qué él pensaba sobre el hecho que Ahmadinejad es un negador revisionista del Holocausto”, respondió que, “si él piensa diferente ese es su problema no el mío”. Negar el Holocausto, o negar la esclavitud de los negros en Brasil: ¡no son opiniones sino peligrosísimos revisionismos, señor Lula!

¿Es Lula un lelo sobre la peligrosa situación de un Irán nuclear?

A ver: Si yo, boliviano, y pues de la misma región geográfica que Brasil, digo:

1.- “hay que borrar del mapa a Brasil” (i.e., el Presidente iraní Mahmud Ahmadinejad dijo como dos años atrás: “hay que borrar del mapa a Israel”);

2.- si sobre eso, Lula fuese Presidente de Israel y alguien en Irán dice (como lo dijo en el 2000 el Ayatollah Ali Akbar Hashemi-Rafsanjani): “si llega el día cuando el mundo del Islam esté completamente equipado con las armas que Israel tiene en su posesión, la estrategia del colonialismo llegará a un punto de no ganar porque la aplicación de una bomba atómica no dejaría nada en Israel pero lo mismo sólo produciría daños en el mundo Islámico”;

3.- si, adicionalmente yo, Carlos, fuese elegido Presidente de Bolivia y nombrase de Ministro de Defensa a un tal Ahmad Vahidi que digamos organizó un atentado terrorista contra una mutual de brasileños en Buenos Aires causando la muerte de 85 brasileños e hiriendo a más de 300 personas otras (Ahmad Vahidi, uno de los autores intelectuales del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, ahora es el flamante Ministro de Defensa de Irán); en tales condiciones:

¿Seguiría Lula diciendo de mi: “si Carlos piensa diferente, ese es su problema no el mío”?

Si lo hiciese él sería un lelo (algo muy peligroso en la situación actual), pero uno honesto. Si no, entonces Lula tiene doble estándar y pues es un peligrosamente desubicado.

¡Qué lastima que Lula, alguien aparentemente con tanto potencial de líder internacional, haya terminado siendo tan ordinaria y peligrosamente provincial! Lo patético-chistoso es que Lula hizo esas burdamente ingenuas declaraciones el pasado 24, y justo al día siguiente las agencias de inteligencia norteamericanas, británicas y francesas demostrarían que Irán estaba construyendo –secretamente– una adicional planta nuclear en una de sus bases militares.

¡Qué comedia que, presionado por Chávez, y por sobresalir, Lula se haya metido en una camisa de 11 varas! ¡Qué lelo el Lula! Quiso y quiere jugar de gran líder mundial, pero el saco le quedó grande –y su sastre, Chávez, al arreglárselo, lo dejó con solo un botón, pero de muestra un botón. Tragicómicamente por ello, si bien Brasil está entre las diez potencias financieras del mundo, en geopolítica quedó rezagado ante Argentina, Canadá, EE.UU., Europa, Rusia, China. Pues en esto Lula hizo que Brasil, que para mi era, “o pais mais grande do mundo”, se haga dar con Argentina como un 7 a 0 –porque Argentina, en este sentido, le dio la zurda al Brasil, incluso a pesar de que la Kirshner se convirtió –por un buen tiempo– en una recalcitrante porrista de Chávez, aunque a pesar de eso, ella y su gobierno tuvieron la decencia de oficialmente pronunciarse con vehemencia contra el hecho que el antedicho Vahidi haya sido vilmente promovido a Ministro de Defensa de Irán –por cierto, lo primero que Vahidi dijo al asumir su flamante cargo fue: “Muerte a Israel y D-os es grande”.

En suma, Lula demostró su incapacidad de proyectarse como líder mundial. Pero bueno, así como no hay mejor fútbol que el de Brasil, tampoco tal vez sería justo que Brasil lo tenga todo, y ciertamente no lo tiene porque en geopolítica e historia del Oriente Medio, gracias al ignorante Lula, es como Bolivia en fútbol –una web-ada.

Pero bueno, nadie es perfecto: así, como no hay par con las carahotas venezolanas, en geopolítica Venezuela con el chavismo logró, con su acérrimo ceresolismo, convertirse en un mediocre ejemplo de una mezcla entre stalinismo con Mussolini –mientras que Ahmadinejad recuerda mucho a Hitler, con la gran diferencia de que Hitler no llegó a desarrollar armas nucleares y Ahmadinejad anda enceguecido con tener la bomba atómica para borrar del mapa a Israel. Y bueno, Bolivia perdió todas sus guerras. Pero en geopolítica es segunda a nadie, no por el falso García Linera ni por el tirado a mesiánico Evo, sino por –por qué no, digamos por ensayos como éste, que en su vida podrá producir un Lula, que por su tosca posición sobre el Irán casi-nuclear es un cómico-pedante y miserablemente vulgar: lela.