Normalmente, un Carnaval como éste tendría grandes repercusiones mediáticas, sin embargo no ha pasado casi nada, y no sólo porque el oficialismo ha comprado varios medios…
Lo mejor que le ha podido suceder a los dueños de medios de comunicación en Bolivia es Evo Morales: ningún gobierno ha sido mejor cliente de los medios de comunicación con campañas electorales casi anuales y con campañas políticas los 365 del año, todos los años.
No ha sucedido lo mismo a comunicadores y periodistas, quienes han sido permanentemente maltratados y agredidos por la cabeza del Gobierno y por el resto de las extremidades, quienes disciplinadamente han decidido arremeter contra la libertad de expresión, especialmente cuando ésta expresa oposición al Gobierno y a su proyecto de poder.
Los últimos días, a través de un canal de televisión (Cadena A), varios periodistas se encuentran mostrando pruebas relacionadas a la investigación sobre el caso del supuesto terrorismo de los alzados armados separatistas, y sorprende que semejantes noticiones no hayan tenido el eco correspondiente en otros medios dada la envergadura de la información que circula. Resulta que se pone en evidencia que la Comisión del Parlamento no puede cumplir seriamente con sus tareas porque el Fiscal asignado al caso no les remite la información requerida, resulta que el Fiscal no había sido Blanca Nieves ni que el Estado húngaro se había desentendido de su súbdito que murió en el Hotel Las Américas, resulta que hay quienes no han dejado de ser proclives al terrorismo, y resulta que Rambo había tenido la particularidad de no poder hablar cuando le duele el codo. ¡Tremenda limitación que le produce el apoyo y solidaridad de varias autoridades oficialistas!
Normalmente, un carnaval como éste tendría grandes repercusiones mediáticas, sin embargo no ha pasado casi nada, y no sólo porque el oficialismo ha comprado o copado varios medios, sino porque si todos los medios le ponen la atención debida esto tendría graves efectos sobre la campaña y la reelección de Morales, quien puede optar por dejar de contratar a ciertos medios para que difundan su propaganda política y electoral, lo que, claro, afectaría gravemente los bolsillos de los dueños, y no todos los dueños son bolivianos, de modo que tampoco les afecta quién se va o quién se queda, si hay o no terroristas, ni averiguar quién los trajo.
¿Será que a los empresarios bolivianos les importa más su bolsillo que contribuir a generar conciencia sobre un tema tan importante como éste? ¿Será que no les preocupa que el narcotráfico y el terrorismo ponen en riesgo su propia seguridad y la de sus familias? Ellos mismos podrán darnos la respuesta, y tal vez confirmar esa percepción generalizada de que a algunos empresarios nunca les ha importado el país sino sólo lo que obtienen de él.
Sabemos que detrás de los medios existen intereses y detrás de la política también, unos tienen interés de llenarse los bolsillos, otros de quedarse en el poder, otros de quedarse en el poder para llenarse los bolsillos y otros —ingenuos— creen que los que llegan al poder —si son como ellos— algún día les van a llenar los bolsillos.
El problema mayor hoy es que, como antes, predomina el interés particular de quienes están en el poder y resulta que seguimos y seguiremos en crisis mientras cada quien siga calculando basado en el interés particular. Otra ratificación de que el cambio sigue pendiente.
Fuente: Los Tiempos
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