miércoles, 11 de noviembre de 2009

Futuro minero (José Guillermo Tórrez G.O.)

PLUS ULTRA


Nunca en la historia moderna de los precios internacionales de los minerales y metales ha habido un ciclo tan favorable e impresionante como el que recién se ha manifestado. Es más, toda la evidencia apunta a que esta tendencia tiene techo para largo tiempo. La perspectiva hacia el futuro muestra que los actuales volúmenes exportados, si se los compara con hace diez años, incrementaron sus cantidades en forma progresiva. Al epílogo de la crisis económico-financiera se tiene que el oro y la plata se convierten en minerales refugio, es decir que ante la desconfianza de los inversores con las diferentes monedas, prefieran atesorar oro y plata.

El aumento de la demanda internacional de materias primas, generado por el irresistible ascenso de China, modificó los términos de intercambio y benefició a América Latina. Sin embargo, lejos de constituir un ejemplo de cooperación, reproduce el típico esquema desarrollado por Gran Bretaña, durante el siglo XIX, y consolida la dependencia y la primarización de las economías de América Latina. El papel de China en todo este proceso es determinante, demanda bienes primarios, invierte en el exterior en función de la extracción y transporte de estos bienes y avanza en su propia sustitución de exportaciones e importaciones, amenazando producciones sustitutivas latinoamericanas. Este comercio asimétrico de China se refiere a que para alimentar su vertiginoso crecimiento depende de sus compras externas, importa 30% del petróleo que consume, 45% del mineral de hierro, 44% de otros metales no ferrosos y una proporción elevada de productos agrícolas. Por este motivo, se ha convertido en el principal consumidor mundial de cobre, estaño, zinc, platino, acero y mineral de hierro. China reveló la vulnerabilidad del modelo elegido, debido al bajo costo de su mano de obra y la productividad generada por la tecnología; sin embargo, China puede competir con la maquila mexicana en el mercado estadounidense, a pesar del mayor costo del transporte que debe afrontar. En suma, la alternativa es para nosotros dejarnos llevar por la corriente de la historia hacia un nuevo y más complejo esquema de asimetrías, dependencia y vulnerabilidad comercial o tratar de sustituir importaciones y exportaciones. Esto es lo que precisamente hace China.

¿Qué efectos tiene para Bolivia esta situación? El mercado descrito se podría reflejar con incrementos de venta a mercados internacionales, siempre que se disponga de producción para ofrecer. En ese sentido, se necesitan incentivos para promover la ejecución de proyectos mineros, aumentar las inversiones. La minería puede volver a ser el pilar de la economía boliviana, considerando ser el sector de gran generación de divisas. A medida que la demanda global de minerales y metales aumente, principalmente en lo referido a oro y plata, como minerales refugio, por la inseguridad de las monedas y especialmente el dólar, el interés de inversionistas ha de ser mayor.

Durante 20 años que demoró la crisis de los precios de minerales y metales, desde 1985, se generó una total incertidumbre, especialmente en el occidente de país. Los últimos años el sector minero-metalúrgico ha registrado un crecimiento sin precedentes. Un ejemplo de este tema actualmente es el proyecto San Cristóbal, en Lípez, Potosí. Si se contara con la decisión de contar con una política de Estado que garantice estabilidad impositiva, una política minera moderna y coherente de acuerdo con la realidad global, con inversiones sustanciales, transferencia tecnológica, etc., que se traduzca en considerable incremento en la producción con proyectos y programas de exploración, prospección e investigación, explotación y beneficio, fundición y fundamentalmente minimizar al máximo el impacto ambiental, se considera que tendríamos un futuro mejor.

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El autor es ingeniero geólogo y administrador de empresas.

jgtorrez@gmail.com